Enfrentamiento entre el nuevo presidente de la RAI y Berlusconi

El acuerdo a la italiana que permitió el pasado viernes la elección de Paolo Mieli, candidato de El Olivo, como presidente de la RAI, está a punto de esfumarse. Mieli, de 53 años, ex director de Il Corriere della Sera, historiador y políticamente liberal de izquierdas, aceptó el cargo "con condiciones". Y en menos de 24 horas dejó clara su intención de recuperar para la programación del ente público televisivo a dos periodistas rechazados personalmente por el primer ministro, Silvio Berlusconi.

"Empezamos bien", comentó Berlusconi a propósito del anuncio de Mieli de devolverles s...

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El acuerdo a la italiana que permitió el pasado viernes la elección de Paolo Mieli, candidato de El Olivo, como presidente de la RAI, está a punto de esfumarse. Mieli, de 53 años, ex director de Il Corriere della Sera, historiador y políticamente liberal de izquierdas, aceptó el cargo "con condiciones". Y en menos de 24 horas dejó clara su intención de recuperar para la programación del ente público televisivo a dos periodistas rechazados personalmente por el primer ministro, Silvio Berlusconi.

"Empezamos bien", comentó Berlusconi a propósito del anuncio de Mieli de devolverles sus programas al veterano Enzo Biagi (un octogenario con larga experiencia en la RAI) y a Michele Santero, ambos acusados por el primer ministro de ir contra él en los meses previos a las elecciones de 2001. La decisión de Mieli ha puesto en entredicho la iniciativa de los presidentes de la Cámara, Pierferdinando Casini, y del Senado, Marcello Pera, que ofrecieron a El Olivo la presidencia del ente público.

Berlusconi accedió a regañadientes, con la esperanza de "descargar" el arma de la RAI, que él mismo ha calificado de "pistola apuntada contra la sien". Normalmente, la coalición gobernante controla en Italia la televisión pública, aunque la oposición puede controlar alguno de los tres canales. Pero con Berlusconi, dueño de Mediaset -el principal grupo de televisión privada-, al frente del Ejecutivo, el control de la RAI se ha convertido en uno de los talones de Aquiles del Gobierno. Tras fracasar la gestión del primer equipo directivo de la era Berlusconi, la coalición de centro-derecha barajó la hipótesis de colocar un empresario al frente de la RAI. Casini y Pera protestaron y optaron por ofrecer a El Olivo el cargo principal en el nuevo organigrama.

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