Dos menores enfermos, repatriados a Marruecos, dicen varias ONG

Sos Racismo, la Coordinadora de Barrios y la asociación Apoyo denunciaron ayer ante la Fiscalía de Madrid las repatriaciones de seis menores marroquíes, ejecutadas casi todas en febrero, "por vulnerar la integridad física y moral de los chavales". Los chicos, de 17 años, vivían tutelados por el Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF), del Gobierno regional, tras llegar solos a la capital.

Según los denunciantes, dos chavales fueron repatriados pese a estar enfermos: uno, convaleciente tras una operación de desprendimiento de retina, y el otro, con anemia y candidiasis esofágic...

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Sos Racismo, la Coordinadora de Barrios y la asociación Apoyo denunciaron ayer ante la Fiscalía de Madrid las repatriaciones de seis menores marroquíes, ejecutadas casi todas en febrero, "por vulnerar la integridad física y moral de los chavales". Los chicos, de 17 años, vivían tutelados por el Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF), del Gobierno regional, tras llegar solos a la capital.

Según los denunciantes, dos chavales fueron repatriados pese a estar enfermos: uno, convaleciente tras una operación de desprendimiento de retina, y el otro, con anemia y candidiasis esofágica. El IMMF y la Delegación del Gobierno aseguran que las repatriaciones se realizan "con total respeto a la legalidad".

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La Ley de Extranjería dice que para repatriar a un menor las autoridades españolas deben preguntarle su opinión y ponerse en contacto con sus familiares o con las instituciones de protección de menores de su país. Extremos que se han incumplido en los seis casos denunciados por las ONG que acudieron ayer a fiscalía.

Omar fue repatriado a Marruecos el 30 de octubre de 2002 con anemia y candidiasis esofágica. Llevaba año y medio en España, vivía en la residencia de menores de Picón de Jarama y acudía a un taller de fontanería. "Dos policías le llevaron en avión a Casablanca, donde permaneció tres días sin comer ni beber en los calabozos de la comisaría. Después le soltaron sin facilitarle medios para llegar al pueblo de su familia, situado a 300 kilómetros, y tuvo que pedir en la calle", aseguran las ONG.

En las otras cinco repatriaciones se repiten una serie de irregularidades, según los denunciantes: a los chavales no se les permite hacer llamada alguna antes de montar en el avión y una vez en Marruecos son trasladados a comisarías, no a casa de sus padres ni a centros de menores; después, los agentes marroquíes les dejan en la calle sin apoyo y les expedientan por emigración ilegal, lo que implica una multa.

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