AMENAZA DE GUERRA | El debate en Europa

El Papa coincide con Aznar en la necesidad de una acción de la ONU para desarmar a Irak

El Vaticano reconoce la necesidad de actuar para conjurar el "peligro del terrorismo"

El presidente del Gobierno español, José María Aznar, encontró ayer mayor comprensión de la que cabía esperarse en el Vaticano hacia una segunda resolución de Naciones Unidas que autorice el recurso a las armas contra Irak. El Papa invocó ante Aznar la necesidad de que se emprendan "acciones pacíficas eficaces y conforme a la justicia", para resolver la actual crisis, pero el comunicado oficial de la Santa Sede admitía también "convergencia de opiniones" con Aznar, quien reclamó la necesidad de una "acción común de la ONU" para conjurar "el peligro del terrorismo".

Todo fue cordialidad ...

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El presidente del Gobierno español, José María Aznar, encontró ayer mayor comprensión de la que cabía esperarse en el Vaticano hacia una segunda resolución de Naciones Unidas que autorice el recurso a las armas contra Irak. El Papa invocó ante Aznar la necesidad de que se emprendan "acciones pacíficas eficaces y conforme a la justicia", para resolver la actual crisis, pero el comunicado oficial de la Santa Sede admitía también "convergencia de opiniones" con Aznar, quien reclamó la necesidad de una "acción común de la ONU" para conjurar "el peligro del terrorismo".

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Todo fue cordialidad y coincidencia de posiciones sobre Irak en la breve visita que hizo ayer a Roma Aznar. Primero en el Vaticano, pese a que la Santa Sede defiende una postura sobre la crisis iraquí, al menos hasta ahora, diametralmente opuesta a la del Ejecutivo español; y después en palazzo Chigi, donde Aznar se entrevistó durante unos 45 minutos con su homólogo italiano, Silvio Berlusconi.

El breve comunicado difundido al término de la audiencia papal en la que Aznar pudo conversar durante la tradicional media hora con Juan Pablo II, tiene elementos significativamente diferentes de los que contenía la nota que siguió el pasado sábado a la audiencia del Pontífice con el primer ministro británico, Tony Blair. Por un lado, del texto de ayer se desprende una presión mayor del Pontífice a Sadam Husein para que cumpla con las resoluciones de la ONU. El Papa, dice la nota, "espera que todas las partes involucradas -sin excepción- adopten decisiones justas y emprendan iniciativas pacíficas eficaces y conforme a la justicia, inspiradas en el derecho internacional y en los principios éticos".

Pero quizá sea más importante la referencia en el comunicado a la posición de Aznar. A Blair el Papa le rogó que hiciera todo lo posible por evitar la guerra, pero en la nota oficial no había una sola mención al mensaje que el líder británico transmitió al Pontífice. Ayer, en cambio, el comunicado se detenía en explicar la posición de Aznar, en concreto, su referencia al "peligro del terrorismo" sobre la que fundamenta la necesidad de actuar contra Irak si Sadam no se deshace de las armas de destrucción masiva. Aznar insistió en la importancia de aunar posiciones en la ONU y la Santa Sede estuvo de acuerdo.

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En ambos coloquios Juan Pablo II sacó a colación el tema del Tratado Constitucional de la Unión Europea. La obsesión de Karol Wojtyla es que la Carta Magna europea contenga una clara referencia a la religión, a las raíces cristianas del Viejo Continente. De momento ha hecho pocos progresos en este sentido, entre otras cosas por la oposición de Francia, pero la coincidencia de posturas de la Santa Sede y el Gobierno de París en el tema iraquí podrían ablandar algunas voluntades.

Medios italianos han llegado a especular recientemente con la posibilidad de que el Papa, de 82 años y lleno de achaques, viaje a Estrasburgo antes del verano para defender su posición en el Parlamento Europeo. España e Italia se han declarado ya favorables a las pretensiones de Juan Pablo II. La identidad de posiciones de ambos países en lo que respecta a Irak quedó también de manifiesto en la comparecencia de Aznar y Berlusconi con la prensa internacional. Ambos dirigentes coincidieron en la importancia central del Consejo de Seguridad de la ONU en la resolución de la crisis e insistieron en que están trabajando por la paz.

Aznar, que se negó a explicar por qué había pedido una audiencia al Papa, dijo que "nunca hay que darse por vencido cuando se trata de mantener la paz". Berlusconi añadió que "la paz está en manos de Sadam. Él es el que debe optar entre el desarme pacífico o el desarme forzoso". El primer ministro italiano parece haber erradicado la palabra guerra de su vocabulario. Gracias a ello, y pese a haberse alineado con Blair y Aznar, su posición no le ha acarreado especiales problemas internos.

Ayer, Berlusconi dijo que la ONU "no puede consentir que nadie en el mundo la ridiculice. No se puede aceptar que haya regímenes no democráticos que puedan tener armas de destrucción masiva". "El terrorismo es el gran enemigo de todos y las democracias deben defenderse a sí mismas y a sus ciudadanos de este tipo de ataques", añadió. Aznar fue más tajante: "No queremos ver un mundo sometido al chantaje de las armas de destrucción masiva y del terrorismo".

Juan Pablo II conversa con José María Aznar durante el encuentro de ambos en Ciudad del Vaticano.ASSOCIATED PRESS

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