Un juez investiga los vertidos de aguas fecales a un arroyo desde las instalaciones del Atlético en Majadahonda

El Juzgado número 2 de Majadahonda investiga un supuesto delito contra la salud pública y el medio ambiente relacionado con los vertidos de aguas fecales que se producen desde las instalaciones deportivas de Majadahonda donde entrena el Atlético de Madrid. Los residuos van a parar al arroyo Valgrande, que discurre por el monte del Pilar, un espacio protegido de 800 hectáreas (250 de ellas en el término municipal majariego). El vertido afecta a los vecinos de la urbanización Pinar del Plantío, que sufren desde hace años malos olores y plagas de mosquitos en verano.

El Ayuntamiento, gober...

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El Juzgado número 2 de Majadahonda investiga un supuesto delito contra la salud pública y el medio ambiente relacionado con los vertidos de aguas fecales que se producen desde las instalaciones deportivas de Majadahonda donde entrena el Atlético de Madrid. Los residuos van a parar al arroyo Valgrande, que discurre por el monte del Pilar, un espacio protegido de 800 hectáreas (250 de ellas en el término municipal majariego). El vertido afecta a los vecinos de la urbanización Pinar del Plantío, que sufren desde hace años malos olores y plagas de mosquitos en verano.

El Ayuntamiento, gobernado por el PP, asegura que el problema estará solucionado a finales de esta semana o principios de la próxima, cuando el club instale un cuadro eléctrico que accionará unas bombas para conducir las aguas fecales hacia un colector.

El CDS, en la oposición, pide el cierre cautelar de las instalaciones, pero el edil de Urbanismo y primer teniente de alcalde, Narciso de Foxá, sostiene que el Ayuntamiento "ha hecho sus deberes" porque, nada más tener constancia del problema, inició las obras de una canalización de conexión con el colector que se dirige a Madrid.

En 1997, la Fundación Atlético de Madrid obtuvo la concesión para gestionar las instalaciones deportivas del cerro del Espino en Majadahonda durante 50 años. En estos terrenos se ubican los campos de fútbol municipales, además de otros dos construidos por el club para los entrenamientos del equipo. Pero no existía un colector para evacuar las aguas fecales que allí se generan. Como solución, el club decidió instalar un tubo que desemboca directamente en el arroyo Valgrande. Las denuncias vecinales comenzaron en 1999.

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