Cartas al director

La ministra y la guerra

Recuerdo que, cuando nombraron ministra a Ana Palacio, leí una entrevista realizada por su diario en la que ella afirmaba que su mejor cualidad como política era su capacidad de dormir muy bien y en cualquier sitio. Entonces me sorprendí, pero ahora lo entiendo: entiendo que, tras el informe de Blix sobre las inspecciones en Irak, ella pronunciase el discurso más agresivo de todos, sin modificarlo tras haber oído el informe: ¿estaría traspuesta?

Entiendo que piense que, cuando los españoles decimos "no a la guerra", estamos exponiendo algo que ella también siente: ¿confunde sus sueños c...

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Recuerdo que, cuando nombraron ministra a Ana Palacio, leí una entrevista realizada por su diario en la que ella afirmaba que su mejor cualidad como política era su capacidad de dormir muy bien y en cualquier sitio. Entonces me sorprendí, pero ahora lo entiendo: entiendo que, tras el informe de Blix sobre las inspecciones en Irak, ella pronunciase el discurso más agresivo de todos, sin modificarlo tras haber oído el informe: ¿estaría traspuesta?

Entiendo que piense que, cuando los españoles decimos "no a la guerra", estamos exponiendo algo que ella también siente: ¿confunde sus sueños con la realidad?

Entiendo que... tal vez nos convendría tener una ministra -o ministro- que durmiese un poco peor. Parece que conviene estar bien despierto en estos tiempos que corren. A mí, que no soy ministra, me cuesta un poco dormirme cuando pienso en los personajes que manejan nuestro destino.

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Despierte, señora ministra: cuando decimos "no a la guerra" lo decimos de verdad, no como usted o su presidente, que no el nuestro.

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