AMENAZA DE GUERRA | La división en Europa

Blair defiende a los países del Este de Europa frente a las duras críticas de Chirac

Los países candidatos a la UE reivindican su derecho a una posición proamericana

Europa no logra cerrar sus heridas. Sólo unas horas después de que los Quince suscribieran un frágil acuerdo sobre la crisis de Irak, el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente francés, Jacques Chirac, pusieron de relieve sus divergencias sobre cómo actuar en el Consejo de Seguridad. Blair, a la vez, salió ayer en cerrada defensa de los 13 países candidatos, atacados y hasta amenazados la noche anterior por Chirac por su actitud favorable a Estados Unidos. El presidente de la UE, el primer ministro griego Costas Simitis, reconoció que sigue habiendo "divergencias".

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Europa no logra cerrar sus heridas. Sólo unas horas después de que los Quince suscribieran un frágil acuerdo sobre la crisis de Irak, el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente francés, Jacques Chirac, pusieron de relieve sus divergencias sobre cómo actuar en el Consejo de Seguridad. Blair, a la vez, salió ayer en cerrada defensa de los 13 países candidatos, atacados y hasta amenazados la noche anterior por Chirac por su actitud favorable a Estados Unidos. El presidente de la UE, el primer ministro griego Costas Simitis, reconoció que sigue habiendo "divergencias".

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La frágil posición común alcanzada la noche del lunes se basó en la apuesta europea por una solución pacífica de la crisis de Irak, pero sin excluir la guerra. Se dio así satisfacción a todos, aunque no fuera completa para ninguno porque se dejaron al margen los asuntos más polémicos: dar o no un ultimátum al régimen de Sadam Husein, triplicar el número de inspectores de armas de la ONU, presentar una segunda resolución ante el Consejo de Seguridad... Ayer, Blair se decantó de nuevo por esa segunda resolución de la ONU "si hemos de decidir una acción militar". Pocas horas antes, en Bruselas, Chirac anuncio que Francia "sólo podría rechazarla".

Pero el enfrentamiento más fuerte se produjo por el papel y la actitud de los 13 países candidatos, que mayoritariamente se han decantado a favor de EE UU en esta crisis. Blair, igual que el español José María Aznar , pidieron por escrito a Simitis que los líderes de esos países (Lituania, Letonia, Estonia, Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Chipre, Malta, Rumania, Bulgaria y Turquía) estuvieran presentes en la cumbre extraordinaria para debatir la crisis.

Alemania y Francia se opusieron y los líderes de los candidatos fueron invitados a acudir ayer a Bruselas para que el griego Simitis les explicara el desarrollo de la cumbre del lunes. Los primeros ministros de Polonia, Malta y los bálticos rehusaron, como protesta, la invitación. Pero la noche del lunes, Chirac, que apenas intervino durante la reunión con sus homólogos, declaró ante los periodistas que los candidatos "perdieron una buena oportunidad de callarse" cuando hace dos semanas difundieron su posición proestadounidense, los acusó de "inconscientes" y hasta de "maleducados" y les auguró "una cierta hostilidad" en el proceso de ratificación de su adhesión este año. "Si querían disminuir sus posibilidades de entrar en la UE, no podían haber actuado de mejor manera", argumentó Chirac.

A la misma hora en que Chirac hablaba así, Blair redactaba una sorprendente carta a los candidatos, fechada el mismo día 17, en la que les narra el desarrollo de la cumbre. "Yo había defendido que deberíais haber estado presentes para contribuir plenamente al debate", escribe el primer ministro británico, que usurpó así el papel del presidente de la UE. En la misiva, les cuenta que él destacó el papel de las relaciones Europa-Estados Unidos, el tema preferido de los candidatos. "La manera en que Europa maneje la crisis tendrá profundas implicaciones para las relaciones UE-EE UU en las próximas generaciones". "La resolución 1.441 debe ser cumplida íntegramente", agrega. "Y por el bien de Europa, la ONU debe ser la vía de gestionar el problema al que nos enfrentamos, no eludiéndolo".

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Visiblemente contrariado por la carta de Blair, Simitis advirtió de que su contenido refleja "la versión de Blair" de la cumbre. De paso, los dirigentes de los candidatos dedicaban en Bruselas todo tipo de epítetos a Chirac, cuya crítica fue ayer bien acogida entre la mayoría de los Quince y en la Comisión. Peter Medgyessy, primer ministro de Hungría: "Me considero bastante bien educado para no responderle". Wlodzimierz Cimoszewicz, ministro polaco: "No tiene ningún sentido reaccionar de forma emocional". Presidente rumano, Ion Iliescu: "Como en la guerra fría: el que no está con nosotros, está contra nosotros". El propio Blair acudió de inmediato en ayuda de los candidatos al recordar que estos países aspirantes a entrar en la UE tienen tanto derecho como Francia o el Reino Unido a expresarse libremente.

Ante estas nuevas pruebas de división en Europa, poco sentido real tuvo ayer el comunicado difundido tras la reunión de Simitis con los candidatos, que se sumaron al frágil pacto del lunes: "La UE y los 13 reiteran su determinación de lograr una posición común para evitar nuevas líneas divisorias", reza el comunicado. En el texto se valora la relación de Europa con EE UU, pero también se recuerda que Europa debe poder hablar con una sola voz, algo que hoy no parece posible.

El primer ministro búlgaro, Simeón Sajonia-Coburgo (izquierda), con el primer ministro Abdulá Gul, en Bruselas.REUTERS

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