Paterna pide el tercer grado para un joven condenado por drogas y ya rehabilitado

Fernando Safón, de 26 años, fue condenado a tres años y seis meses de prisión por tráfico de drogas hace cuatro años. La policía le detuvo cuando tenía 21 años con 50 pastillas de éxtasis. Fernando, que admitió su culpa, recurrió la sentencia sin éxito, solicitó un indulto sin éxito y su abogado ha recurrido también sin éxito el auto de ingreso en prisión, por el que deberá entrar en la cárcel de Picassent el próximo tres de marzo.

Fernando Safón, que cuando fue detenido no tenía antecedentes, tiene un hijo de ocho años, se casó hace siete meses y su mujer está embarazada. En su proceso...

Fernando Safón, de 26 años, fue condenado a tres años y seis meses de prisión por tráfico de drogas hace cuatro años. La policía le detuvo cuando tenía 21 años con 50 pastillas de éxtasis. Fernando, que admitió su culpa, recurrió la sentencia sin éxito, solicitó un indulto sin éxito y su abogado ha recurrido también sin éxito el auto de ingreso en prisión, por el que deberá entrar en la cárcel de Picassent el próximo tres de marzo.

Fernando Safón, que cuando fue detenido no tenía antecedentes, tiene un hijo de ocho años, se casó hace siete meses y su mujer está embarazada. En su proceso de rehabilitación puso en marcha una pequeña empresa de pinturas de la que se hace cargo. El alcalde de Paterna, Francisco Borruey, se sumó a la solicitud de indulto con una carta en la que explicaba cómo era la vida cotidiana de Fernando en la población. A ello se unió otra carta firmada por el jefe de la policía local de Paterna, que daba fe del buen comportamiento y la integración de Fernando. Dado que hasta ahora las muestras de apoyo no han librado a Fernando de la cárcel ni han posibilitado que prosperara el recurso contra el auto de prisión, el condenado ha iniciado una última campaña de solidaridad a la que el ayuntamiento estudia la forma en la que participar en los próximos días. De momento, vecinos de Paterna se han sumado a una recogida de firmas más allá incluso de Paterna. "Lo que quiero es estar en tercer grado, dormir en la cárcel pero poder atender mi empresa y a mi familia. No soy la misma persona que cometió el delito. He hecho mi propia reinserción sin pasar por la prisión, mi vida no tiene nada que ver y no quiero que las cosas que para mí son lo más importante y dan estabilidad a mi vida se rompan por cumplir una sentencia que ahora sólo me perjudicaría", dice Fernando.