Una campaña que denigra a la perrera dispara la demanda de adopción de canes

Los trabajadores del centro municipal, insultados a través de Internet

Los trabajadores de la perrera municipal reciben desde hace dos meses cientos de correos electrónicos con "insultos" y "calificativos despectivos", según denuncia el Ayuntamiento, CC OO y el PSOE. "Veterinarios, asesinos" o "Cantoblanco, el Auschwitz de los animales" son algunos de los mensajes que han recibido los trabajadores. La campaña contra la perrera, promovida en Internet y que denuncia el "maltrato que sufren los animales", ha causado que ciudadanos de toda España acudan a Cantoblanco para intentar adoptar algún animal.

Varios foros de Internet llevan dos meses recibiendo miles...

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Los trabajadores de la perrera municipal reciben desde hace dos meses cientos de correos electrónicos con "insultos" y "calificativos despectivos", según denuncia el Ayuntamiento, CC OO y el PSOE. "Veterinarios, asesinos" o "Cantoblanco, el Auschwitz de los animales" son algunos de los mensajes que han recibido los trabajadores. La campaña contra la perrera, promovida en Internet y que denuncia el "maltrato que sufren los animales", ha causado que ciudadanos de toda España acudan a Cantoblanco para intentar adoptar algún animal.

Varios foros de Internet llevan dos meses recibiendo miles de mensajes en los que se denuncian "las múltiples anomalías" que, según los participantes en estas tertulias, sufre la perrera municipal de Cantoblanco. La promotora de esta campaña es la Asociación Plataforma Animalista, que pretende que la perrera sea gestionada por una protectora de animales, en vez de por el Ayuntamiento. Los mensajes son de toda índole, desde peticiones para que el horario de adopción se amplíe -ahora es sólo de 10.00 a 13.00- hasta calificativos despectivos contra los trabajadores. "Cantoblanco, matadero"; "los trabajadores te dicen que mires tú el sexo del animal porque ellos no lo distinguen" o "la perrera es un coto privado y mal dirigido por personas sin ética" son algunas de las frases de los foros.

Laura Perales, de la Plataforma Animalista, asegura que ha hecho un llamamiento a través de Internet para que cesen los insultos. "En el foro puede haber gente más radical que insulta. Pero nuestra intención es ayudar a los animales. No queremos ofender a nadie ni que los trabajadores se sientan agredidos", explica Perales. La alarma que ha despertado el asunto a través de Internet ha hecho que personas de toda España se acerquen a Cantoblanco. Carlos y Paula, de Zaragoza, fueron el miércoles pasado. "Se ha corrido la voz y venimos para sacar a algún animal de aquí", señalaron.

"Asesino"

Los trabajadores de la perrera niegan las acusaciones. "Lo más flojo que me han llamado es asesino. También dicen que metemos aceitunas por el ano a los animales y que los vendemos para peleas. Todo es falso", se queja Ángel Yagüe, veterinario de la perrera. "Las instalaciones son viejas. Pero los empleados hacemos lo que podemos y queremos a los animales", añade. La concejal socialista Teresa Hernández coincide con esta opinión: "Madrid necesita una perrera en mejores condiciones que ésta. Los trabajadores hacen lo que pueden, aunque se necesita más plantilla", criticó Hernández. El gobierno municipal (PP) tenía previsto trasladar la perrera a una parcela en Fuencarral, pero el asunto ha sido paralizado ya que en ese solar se va a montar una cementera de Hortaleza.

El concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, señala que no sale de su asombro con lo que está ocurriendo. "Lo de la campaña es muy raro. Es cierto que la perrera está vieja, pero no se maltrata a los animales. Hasta que encontremos un solar para edificar la nueva, vamos a destinar una partida presupuestaria para mejorar las actuales instalaciones", señaló el edil. El Ayuntamiento estudia abrir la nueva perrera en Carabanchel.

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La actual perrera, con más de 30 años, tiene 160 celdas, de las cuales hay ocupadas 120. Cada celda alberga un perro y cada perro una historia triste. "Es difícil que la gente quiera adoptar un perro viejo o enfermo", señala Yagüe. Lo peor es recorrer la hilera de celdas de animales enfermos, sin posibilidades de salir jamás. También hay historias con final feliz, como la de un can llamado Lío. Este animal llegó hace dos años, los trabajadores se encariñaron y, al final, se quedó.

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