OPINIÓN DEL LECTOR

Especulación en Grazalema

Publica EL PAÍS un artículo de Juan de Dios Mellado donde el autor se congratula del acuerdo del Ayuntamiento de Grazalema de poner freno a la expansión hotelera. En un contexto en el que la especulación urbanística no conoce límites ni respeta espacios protegidos, es lógico que se acoja con esperanza noticias como esta. Pero en el caso de Grazalema esta "moratoria" hotelera tiene trampa, y llega tarde.

El mismo alcalde que promueve esta "moratoria", Antonio Mateos del PSOE, ha sido el principal impulsor -es el presidente del Consejo de Administración de la empresa promotora- del macroh...

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Publica EL PAÍS un artículo de Juan de Dios Mellado donde el autor se congratula del acuerdo del Ayuntamiento de Grazalema de poner freno a la expansión hotelera. En un contexto en el que la especulación urbanística no conoce límites ni respeta espacios protegidos, es lógico que se acoja con esperanza noticias como esta. Pero en el caso de Grazalema esta "moratoria" hotelera tiene trampa, y llega tarde.

El mismo alcalde que promueve esta "moratoria", Antonio Mateos del PSOE, ha sido el principal impulsor -es el presidente del Consejo de Administración de la empresa promotora- del macrohotel Los Alamillos que se ha construido de forma ilegal en suelo no urbanizable del Parque Natural Sierra de Grazalema, ocasionando un grave impacto paisajístico en este entorno privilegiado.

Además, el Ayuntamiento está tramitando unas normas urbanísticas con las que pretende urbanizar 250.000 metros cuadrados del parque natural, para construir 800 nuevas viviendas de segunda residencia. Esto, en un municipio que tiene ya 1.600 viviendas para 2.200 habitantes y que ha multiplicado por diez las plazas hoteleras en la última década. Estas propuestas de crecimiento injustificadas e insostenibles han tenido como única oposición a Ecologistas en Acción, que ha conseguido que la Junta Rectora del parque natural limite la expansión urbanística, impidiendo la urbanización de las famosas huertas de Benamahoma, que Mateos pretendía urbanizar. Este alcalde socialista, que ahora se presenta como paladín del desarrollo sostenible, ha desatado una campaña de amenazas y acoso contra los representantes ecologistas en el parque natural -dignas del más negro caciquismo franquista- por el hecho de exigir precisamente que el desarrollo de Grazalema sea "sostenible", esto es, que no destruya sus únicos e insustituibles valores ecológicos, monumentales, etnológicos y paisajísticos. Sucia campaña por la que ha sufrido serios reveses judiciales y la intervención del Defensor del Pueblo.

Ojalá que el Ayuntamiento de Grazalema, y todos los Ayuntamientos ubicados en espacios naturales protegidos, apuesten por un desarrollo sostenible. En el caso de Grazalema, éste debe comenzar por dictar una moratoria para las nuevas urbanizaciones de segunda residencia previstas en las Normas Urbanísticas actualmente en trámite de aprobación.

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