El debate en la ONU | ACOSO A SADAM

Powell no logra convencer a sus aliados en el primer debate del Consejo de Seguridad

Alemania, Francia, China y Rusia se oponen a la guerra y defienden las inspecciones

Por un lado, Estados Unidos y el Reino Unido. Por el otro, Francia y Alemania. El Consejo de Seguridad de la ONU, reunido ayer en una sesión especial sobre terrorismo, mostró sus más profundas divisiones de los últimos meses. Mientras Washington y Londres criticaban al régimen de Sadam Husein por incumplir las resoluciones de la ONU, París y Berlín mostraban su contundente rechazo a una solución militar. El mensaje del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que viajó a Nueva York, fue claro: la ONU debe asumir sus responsabilidades.

Powell tenía previsto usar la primera reun...

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Por un lado, Estados Unidos y el Reino Unido. Por el otro, Francia y Alemania. El Consejo de Seguridad de la ONU, reunido ayer en una sesión especial sobre terrorismo, mostró sus más profundas divisiones de los últimos meses. Mientras Washington y Londres criticaban al régimen de Sadam Husein por incumplir las resoluciones de la ONU, París y Berlín mostraban su contundente rechazo a una solución militar. El mensaje del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que viajó a Nueva York, fue claro: la ONU debe asumir sus responsabilidades.

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Powell tenía previsto usar la primera reunión a escala de ministros del nuevo Consejo de Seguridad, tras la integración de miembros como España y Alemania, para lanzar una ofensiva diplomática contra Irak. Salvo el apoyo del Reino Unido, se topó con una barrera de escepticismo encabezada por Francia y Alemania y una matizada resistencia de Rusia y China.

El Consejo no estaba tan dividido desde las tortuosas negociaciones que el pasado 8 de noviembre concluyeron en la ambigua resolución sobre Irak, la 1.441. La realidad sobre el terreno, las inspecciones de la ONU, será la misma pero la percepción entre los Quince es abiertamente discordante. Las disensiones quedaron ayer muy patentes.

El mensaje de Powell no deparó sorpresas. Sonó a ultimátum. "El Consejo de Seguridad debe forzar a Irak a respetar las resoluciones. El tiempo se está acabando. Irak todavía no entiende la seriedad de la situación en la que se encuentra", dijo el secretario de Estado. "Por muy duro que sea el camino no podemos sustraernos a la necesidad de emprenderlo", declaró en su intervención.

"Irak está incumpliendo la resolución 1.441", aseguró luego Powell ante la prensa. "Si la ONU quiere ser relevante debe mantenerse firme en esta cuestión". Calificó el acuerdo alcanzado ayer en Bagdad entre los dos responsables de las inspecciones y el Gobierno iraquí de "más de lo mismo".

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Su colega británico Jack Straw reaccionó de forma similar. "No estoy nada impresionado" con las inspecciones. "La resolución 1.441, que fue votada por unanimidad, prevé que Irak se enfrentará a serias consecuencias" si incumple las resoluciones. "Como pasó en el caso de Kosovo, nos reservamos el derecho a actuar", subrayó Straw refiriéndose a la decisión que Estados Unidos tomó en 1999 de bombardear Kosovo sin el consentimiento previo del Consejo de Seguridad.

Francia, que este mes preside el Consejo y que convocó la sesión especial sobre el terrorismo, tuvo una respuesta completamente distinta. Aunque critique las decisiones de Washington, el Gobierno francés suele tener un lenguaje moderado que deja una puerta abierta a la negociación. No esta vez.

"Nada justifica una intervención militar", comentó el responsable de Exteriores, Dominique de Villepin. "Desde hace dos meses pensamos que la puesta en marcha de las inspecciones es satisfactoria", declaró el responsable galo. "Si Estados Unidos plantea una opción militar unilateral, primero queremos saber cuál es su legitimidad y luego cuál puede ser su eficacia".

Aventura peligrosa

En un tono sorprendentemente enérgico para este tipo de intervenciones, Villepin aseguró que Francia "considera que ésta puede ser una aventura peligrosa de la que no conocemos ni los resultados ni los beneficios". Por primera vez desde que empezaran el pasado otoño las negociaciones sobre Irak, el ministro no descartó el uso del veto. Igualmente duro pero algo menos iracundo, el jefe de la diplomacia alemana, Joschka Fischer, advirtió de que una operación militar contra Irak "podía tener consecuencias considerables e impredecibles en la lucha contra el terrorismo" y para la estabilidad en la zona.

¿Qué pasará el 27 de enero? Hans Blix, el jefe de los inspectores, y Mohamed el Baradei, el responsable del Organismo para la Energía Atómica, deben entregar un informe sobre estos 60 días de inspecciones. Con toda probabilidad anunciarán que no han encontrado la prueba definitiva que justifique el ataque militar. Powell anticipó ayer intensas negociaciones. Washington considera que mediados de febrero es el último plazo para Irak. El resto del Consejo, incluso los británicos, no descartaría otorgar más tiempo a los inspectores.

Aunque era el motivo de la reunión, el terrorismo quedó eclipsado por las diferencias sobre Irak. Los ministros intervinientes, entre ellos la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, pidieron mayores esfuerzos en la cooperación internacional. A partir de abril, España sustituirá al Reino Unido a la cabeza del Comité contra el Terrorismo de la ONU. "En España tenemos una conciencia muy temprana de que el terrorismo ha dejado de ser un problema de policía de los Estados para convertirse en un problema internacional", dijo Palacio en su intervención. "En los próximos meses, el Comité podrá plantearse una adaptación del mandato que le permita seguir jugando un papel activo y eficaz" en la lucha antiterrorista.

El secretario de Estado norteamericano, Powell (derecha), escucha al ministro de Exteriores británico, Straw, en la sede de la ONU, ayer en Nueva York.REUTERS

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