Carta a Aznar

Soy una niña de 11 años que tiene de todo y no le falta de nada; eso sí, hay algo que me sobra, la tristeza, al ver a niños como yo en África sin tener nada de nada. Niños y niñas analfabetos, enfermos, hambrientos y que sólo les queda un suspiro de vida. Padres y madres que se dejan la piel para buscar un miserable trozo de pan con el que alimentar a sus hijos.

Y yo me pregunto ¿qué podemos hacer para ayudarlos? Hay dos opciones:

1. Trasladarlos a países más ricos. ¡Pero si la gente no quiere inmigrantes, tienen prejuicios sobre ellos!

2. Mandarles el 0,7% d...

Soy una niña de 11 años que tiene de todo y no le falta de nada; eso sí, hay algo que me sobra, la tristeza, al ver a niños como yo en África sin tener nada de nada. Niños y niñas analfabetos, enfermos, hambrientos y que sólo les queda un suspiro de vida. Padres y madres que se dejan la piel para buscar un miserable trozo de pan con el que alimentar a sus hijos.

Y yo me pregunto ¿qué podemos hacer para ayudarlos? Hay dos opciones:

1. Trasladarlos a países más ricos. ¡Pero si la gente no quiere inmigrantes, tienen prejuicios sobre ellos!

2. Mandarles el 0,7% del dinero de cada país rico. Ésa es una buena solución. Tenemos el privilegio de ser un país rico, ¡vamos a darle esa oportunidad también a ellos!, ¿no cree?

No basta con enviarles juguetes desechados por los niños, ni tampoco ropa fea que a nosotros no nos guste.

Ni usted ni yo queremos que España sólo sea famosa por sus espectaculares toreros ni por su abundante comida de buena calidad, sino que también sea famosa por la generosidad de sus habitantes.

Bueno... ¡vayamos al grano! Lo que intento pedirle es que se ponga en el lugar de esa gente tan pobre y piense que hará un bien muy grande a esos niños, madres y padres necesitados.

Es mejor dar que recibir.

Le escribo esta carta porque en el telediario oí que los países del norte de Europa y Holanda van a dar ese dinero, y yo quiero que España también lo dé.