El PP aprovecha la crisis del 'Prestige' para echar al 'número dos' de Fraga

Xosé Cuiña, consejero gallego de Obras y candidato a sucesor de Manuel Fraga, presentó ayer su carta de dimisión al presidente de la Xunta tras revelar la cadena SER que su empresa familiar vendió palas y equipos para la limpieza del fuel del Prestige a una firma que había contratado con la Administración. Consejeros gallegos y dirigentes nacionales del PP presionaron en los últimos días para echar a Cuiña. "Considero un deber presentar mi dimisión y espero poder aclarar que las empresas participadas por mi familia no cometieron ninguna ilegalidad ni irregularidad, sino simplemente una ...

Xosé Cuiña, consejero gallego de Obras y candidato a sucesor de Manuel Fraga, presentó ayer su carta de dimisión al presidente de la Xunta tras revelar la cadena SER que su empresa familiar vendió palas y equipos para la limpieza del fuel del Prestige a una firma que había contratado con la Administración. Consejeros gallegos y dirigentes nacionales del PP presionaron en los últimos días para echar a Cuiña. "Considero un deber presentar mi dimisión y espero poder aclarar que las empresas participadas por mi familia no cometieron ninguna ilegalidad ni irregularidad, sino simplemente una donación y una colaboración en el caso del Prestige", escribió Cuiña.

El hasta ayer consejero es la primera víctima que la crisis del Prestige se cobra en el PP, pese a que no intervino en la gestión de la misma. Cuiña defendió la creación de una comisión de investigación en el Parlamento gallego, que terminó en escándalo por el veto del Gobierno central a las comparecencias de altos cargos. Cuiña se mostró crítico con la gestión de la Administración central en Galicia y defendió que la Xunta tomara las riendas en la limpieza de playas.

Cuiña acaparó en los últimos años mucho poder en el PP de Galicia desde la secretaría general. Todavía se le atribuye gran influencia en el partido. Ayer se reunió con Fraga a las 16.30 para hablar de su futuro. Unos minutos antes aseguró a EL PAÍS que pensaba seguir en el Gobierno tras la remodelación anunciada por el presidente. Se equivocó.