Un nuevo 'arrepentido' dice que Andreotti intercedió por la Mafia

El testigo acusó a Berlusconi de relaciones con la Cosa Nostra

En los ochenta, la Mafia siciliana vivió una etapa de paz con el Estado gracias a la intervención del que fuera siete veces primer ministro italiano, Giulio Andreotti, que se mantenía en contacto con la cúpula de la organización criminal a través de los primos Ignacio y Nino Salvo. Esta acusación, que se escuchó ayer en el aula de la cárcel de San Vittorio, en Milán, no es nueva, pero sí el acusador, Antonio Giuffré.

Giuffré es el último de la larga serie de arrepentidos de Cosa Nostra que ha aceptado colaborar con la justicia a cambio de ventajas penales. Giuffré provocó ...

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En los ochenta, la Mafia siciliana vivió una etapa de paz con el Estado gracias a la intervención del que fuera siete veces primer ministro italiano, Giulio Andreotti, que se mantenía en contacto con la cúpula de la organización criminal a través de los primos Ignacio y Nino Salvo. Esta acusación, que se escuchó ayer en el aula de la cárcel de San Vittorio, en Milán, no es nueva, pero sí el acusador, Antonio Giuffré.

Giuffré es el último de la larga serie de arrepentidos de Cosa Nostra que ha aceptado colaborar con la justicia a cambio de ventajas penales. Giuffré provocó ya una fuerte polémica al declarar la semana pasada en el proceso por asociación mafiosa contra el senador de Forza Italia Marcello dell'Utri que el capo mafioso Stefano Bontade se entrevistó con el actual primer ministro, Silvio Berlusconi, a finales de los años setenta. Ayer, el pentito se refirió también a contactos habidos entre Bontade y Andreotti en la misma época.

Con la declaración de Giuffré, entra en una fase crítica el proceso de apelación por asociación mafiosa que se sigue contra Andreotti. El senador vitalicio fue absuelto en 1999 por un tribunal de Palermo, pero los fiscales que trabajan en el caso desde 1993 recurrieron la sentencia. El hecho de que Andreotti haya sido condenado en noviembre por el Tribunal de Perugia como instigador del asesinato de un periodista, ha multiplicado el interés de los medios en este segundo caso. El anciano político democristiano -acaba de cumplir 84 años- asistió a la vista y tuvo humor suficiente como para declarar a los periodistas con sorna a propósito del nuevo arrepentido: "Al menos ya no se me llama el jorobado, lo que no me desagrada".

El defensor de Andreotti, Franco Coppi, se mostró irónicamente satisfecho de las declaraciones de Giffré "que se ha convertido en el mejor testigo de la defensa", dijo, aludiendo a la falta de precisión de sus testimonios. Sin embargo, la fiscal Anna Maria Leone calificó la exposición de Giuffré de "muy coherente y precisa". Giuffré, de 57 años, capo mafioso de una barriada de Palermo y estrecho colaborador del padrino huido Bernardo Provenzano, fue detenido en abril pasado y en junio optó por colaborar con la justicia. Desde entonces ha prestado declaración sobre las relaciones internas entre los padrinos de Cosa Nostra y sobre los contactos de ésta con la política italiana. Giuffré explicó ayer que supo de la relación de la Mafia con Andreotti, por Michele Greco, conocido como el papa de Cosa Nostra. Según el arrepentido, Greco encargó a uno de los primos Salvo que contactara con Andreotti, para que "intercediese" por la Mafia. Después de esto, dijo ayer Giuffré, Greco se mostró "satisfecho porque llegaron respuestas positivas".

Giulio Andreotti, ayer, durante el proceso en Milán.REUTERS
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