Un 'ejército secreto' reivindica decenas de ataques en Afganistán

Un grupo armado que se llama a sí mismo Ejército Secreto de los Muyahidín Islámicos reivindicó ayer la autoría de 50 ataques recientes en Afganistán a través de unos panfletos que distribuyó en la ciudad paquistaní de Peshawar, cercana a la frontera afgana. Esta reivindicación se produce cuando el Gobierno de Hamid Karzai intenta desarmar a los poderosos señores de la guerra y crear un Ejército afgano.

Ayer mismo se produjo un nuevo incidente cerca de la ciudad de Mazar-i-Sharif, en el norte del país, donde una explosión mató a dos personas e hirió a otras dos. Las autoridades de...

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Un grupo armado que se llama a sí mismo Ejército Secreto de los Muyahidín Islámicos reivindicó ayer la autoría de 50 ataques recientes en Afganistán a través de unos panfletos que distribuyó en la ciudad paquistaní de Peshawar, cercana a la frontera afgana. Esta reivindicación se produce cuando el Gobierno de Hamid Karzai intenta desarmar a los poderosos señores de la guerra y crear un Ejército afgano.

Ayer mismo se produjo un nuevo incidente cerca de la ciudad de Mazar-i-Sharif, en el norte del país, donde una explosión mató a dos personas e hirió a otras dos. Las autoridades de Mazar, la ciudad más importante del norte afgano, no pudieron aportar detalles sobre los autores del ataque.

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El Ejército Secreto de los Mu-yahidín Islámicos se atribuyó, en un comunicado escrito en pastún, ataques que se han producido en los últimos meses en Kabul, Kandahar, Khost, Paktia, Nangarhar y Paktika, en la mayoría de las casos contra las tropas estadounidenses establecidas en el país, unos 10.000 militares en total, cuya misión es perseguir a los talibanes y a los miembros de Al Qaeda.

El grupo señala también en el panfleto distribuido en Peshawar, una ciudad que alberga desde la invasión soviética de 1979 a cientos de miles de refugiados afganos, que el intento de asesinato de Karzai, que tuvo lugar en Kandahar en septiembre, o los recientes ataques con morteros contra una base estadounidense en la provincia de Khost, en el sureste del país, son obra de antiguos talibanes.

El panfleto acaba con una amenaza directa contra las tropas extranjeras que permanecen en Afganistán, ya sean los miembros de la fuerza internacional (ISAF) que garantizan la seguridad en Kabul o los soldados estadounidenses desplegados en el país.

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Por otra parte, una delegación de 400 representantes de una tribu nómada pastún se encuentran en Kabul desde hace una semana para pedir la liberación de sus jefes, que fueron detenidos por fuerzas especiales estadounidenses.

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