De la cocina a la oficina

De amas de casas a empresarias. De dedicarse exclusivamente a la familia, a las tareas del hogar y a la recolección de la aceituna en invierno, a pelearse con bancos, atender pedidos, hablar con suministradores y, en fin, dirigir su propia empresa. Éste ha sido el cambio que ha experimentado la vida de cinco mujeres de Pegalajar, un pueblo de Jaén con apenas 3.000 habitantes y dedicado casi exclusivamente al olivar.

Manuela Herrera o Mari Nieves Almagro, dos de las cinco socias, nunca imaginaron que lo que había empezado como una afición para ocupar su tiempo libre y echar un rato con l...

De amas de casas a empresarias. De dedicarse exclusivamente a la familia, a las tareas del hogar y a la recolección de la aceituna en invierno, a pelearse con bancos, atender pedidos, hablar con suministradores y, en fin, dirigir su propia empresa. Éste ha sido el cambio que ha experimentado la vida de cinco mujeres de Pegalajar, un pueblo de Jaén con apenas 3.000 habitantes y dedicado casi exclusivamente al olivar.

Manuela Herrera o Mari Nieves Almagro, dos de las cinco socias, nunca imaginaron que lo que había empezado como una afición para ocupar su tiempo libre y echar un rato con las amigas, les llevaría a echar un rato con una delegación de japoneses interesados en los productos que fabrican de forma natural y artesanal.

El resultado de su actividad son champús, geles, aceites corporales, colonias y perfumes que tienen en el aceite de oliva virgen y en las plantas terapéuticas que se encuentran en los montes que bordean el municipio su materia prima. "Todos nuestros productos están hechos exclusivamente con aceite de oliva virgen extra de la primera prensada de olivos de Sierra Mágina", explica Manuela, una de las promotoras de la idea.

Todo empezó en la Asociación de Mujeres Oriental de Pegalajar. "Ya estábamos hartas de hacer cursillos y propusimos al Ayuntamiento un taller que nos permitiera trabajar y explotar el aceite de oliva de nuestra tierra", continúa orgullosa Manuela. Es aquí donde se forjó la idea, pionera en su tiempo, de utilizar el aceite de oliva con fines terapéuticos y cosméticos dando lugar a la Asociación de Mujeres Artesanales Olea.

Esta asociación estudió la viabilidad de una iniciativa empresarial a mayor escala. Para ello contó con el apoyo del programa europeo Now, que seleccionó el proyecto como experiencia piloto y que buscaba fomentar la igualdad de oportunidades de la mujer en el ámbito rural. La sorpresa fue que lo que se planteaba como una actividad más, contó con el respaldo del Ayuntamiento y de las almazaras de la zona, que pusieron al alcance de estas mujeres jiennenses todo lo necesario para seguir adelante con su idea.

De las 17 mujeres que empezaron ahora sólo quedan cinco, sobre todo porque "conforme las expectativas fueron creciendo y las inversiones económicas empezaron a ser importantes, muchas abandonaron el proyecto", indica Mari Nieves Almagro, una de las socias. En abril de 2001 se constituyeron como empresa y crearon una sociedad limitada, Olea Cosméticos S.L. Ahora, su objetivo es tener su propia nave industrial donde poder trabajar todo el día, "porque el local que nos tiene arrendado el Ayuntamiento ya no reúne las condiciones que requiere la nueva situación", añade Mari Nieves.

Las colonias naturales con esencias de mejorana, lavanda, romero y limón, junto al champú y gel de plantas medicinales, son el resultado de la labor de estas cinco mujeres que afirman que lo que persiguen es "tener trabajos propios y generar nuestros propios ingresos", como subraya orgullosa Manuela.