Editorial:

ETA asesina

Antonio Molina, un guardia civil de 30 años adscrito al puesto de Collado Villalba desde hace cinco, murió ayer asesinado en Madrid, cuando daba el alto a un vehículo ocupado por dos terroristas de ETA. La organización criminal intentaba colocar en Madrid un coche bomba -el vehículo cargado de explosivos en el que viajaban los terroristas- en vísperas de la manifestación convocada en Bilbao por el lehendekari Ibarretxe bajo el lema unitario y único de "Fuera ETA". Ésta es la respuesta de la organización criminal a quienes propugnan su desaparición, en perfecta correspondencia con el úni...

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Antonio Molina, un guardia civil de 30 años adscrito al puesto de Collado Villalba desde hace cinco, murió ayer asesinado en Madrid, cuando daba el alto a un vehículo ocupado por dos terroristas de ETA. La organización criminal intentaba colocar en Madrid un coche bomba -el vehículo cargado de explosivos en el que viajaban los terroristas- en vísperas de la manifestación convocada en Bilbao por el lehendekari Ibarretxe bajo el lema unitario y único de "Fuera ETA". Ésta es la respuesta de la organización criminal a quienes propugnan su desaparición, en perfecta correspondencia con el único lenguaje que poseen y saben utilizar sus terroristas y quienes les aplauden o les secundan.

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También es el mentís a quienes querían entender la baja actividad de sus terroristas desde la óptica de una aproximación a algún tipo de tregua. No es así: ETA ya intentó matar en Santander hace apenas dos semanas y sólo el rápido desalojo y la actuación eficaz de la policía evitó que se consumara el objetivo de muerte que persigue todo coche bomba. En esta ocasión la acción de la Guardia Civil ha evitado que los terroristas consiguieran colocar su carga explosiva, pero, por desgracia, a costa de la vida de uno de los funcionarios y de las heridas de otro.

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Si ETA no habla más en su sangrienta jerga terrorista es porque se lo impide en muchas ocasiones la eficaz acción de la policía y el cerco judicial y político del Estado democrático sobre los asesinos y sobre sus apoyos políticos y sociales. La mejor respuesta política a esta nueva acción criminal es la recuperación de la unidad de todos los ciudadanos y partidos democráticos alrededor de la idea sencilla y efectiva de que hay que expulsar a ETA de nuestra sociedad, tal y como reza el lema de la manifestación del próximo 22 de diciembre.

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