AL VOLANTE | PRUEBA

Manejable y divertido

A pesar de su imagen discreta y familiar, el Córdoba sorprende por lo bien que va y permite disfrutar al volante. Es ágil, eficaz y seguro, e incluye detalles avanzados: volante regulable en altura y distancia, asiento del conductor graduable en altura... Y permite adoptar una posición de conducción a medida.

El motor 1.9 TDi de 100 CV es clave en el dinamismo de este coche y reúne todo lo mejor: turbo de geometría variable, inyector-bomba... Y aunque no tiene un tacto tan suave como otros turbodiésel, es de los más eficientes y austeros en su cilindrada. Responde con fuerza desde 1.500...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A pesar de su imagen discreta y familiar, el Córdoba sorprende por lo bien que va y permite disfrutar al volante. Es ágil, eficaz y seguro, e incluye detalles avanzados: volante regulable en altura y distancia, asiento del conductor graduable en altura... Y permite adoptar una posición de conducción a medida.

Un turbodiésel muy eficiente

Más información

El motor 1.9 TDi de 100 CV es clave en el dinamismo de este coche y reúne todo lo mejor: turbo de geometría variable, inyector-bomba... Y aunque no tiene un tacto tan suave como otros turbodiésel, es de los más eficientes y austeros en su cilindrada. Responde con fuerza desde 1.500 vueltas y sube hasta 4.500 en un suspiro, mejor que muchos motores de gasolina. Y sobre todo ofrece unas prestaciones capaces de contentar a los más exigentes: 192 km/h. y 11,1 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h., cifras casi de GTI.

Aun así, no es el TDI más potente del Córdoba (la versión de 130 CV y seis marchas llega a 209 km/h.), pero tiene un cambio bien escalonado, permite viajar a ritmos muy rápidos y adelanta con mucho nervio, sobre todo en las tres primeras marchas. Y lo mejor es que los consumos son increíbles para lo que corre: en conducción suave gasta cinco litros; en ciudad sube a siete, y cuesta llegar a ocho incluso a ritmos rápidos.

Suspensión deportiva

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

La otra gran virtud es el comportamiento dinámico, porque a pesar de su carácter familiar sorprende con una eficacia y deportividad a la altura de un buen GTI. Toda la gama incluye el chasis ágil, una solución de Seat que aumenta la rigidez de las suspensiones y aporta una respuesta más precisa y deportiva. Y el resultado es una conducción muy fácil y una estabilidad a toda prueba en cualquier trazado: obedece al volante con rapidez y precisión y tiene un balanceo lateral mínimo. Además es muy ágil y ligero en las curvas y tiene aplomo en carreteras rápidas y autopistas. Pero, aparte de su docilidad y nobleza, cuenta con unos buenos frenos, que incluyen ABS de serie y transmiten una gran sensación de seguridad y dominio. Y se puede completar con el control de estabilidad ESP opcional (631 euros).

La contrapartida a su gran eficacia rutera es una cierta pérdida de confort en zonas bacheadas, que se nota más en el acabado Sport, con reglajes más enérgicos. Y tiene una sonoridad interior también mejorable: el motor es rumoroso en frío y acusa ruidos de rodadura en firmes deteriorados.

Archivado En