Andreotti vuelve al banquillo de Palermo por asociación mafiosa

La justicia reabre el caso mientras declara un nuevo 'arrepentido'

"Rezo a Dios para que me conserve la vida hasta que terminen los procesos". Giulio Andreotti, de 83 años, siete veces primer ministro italiano, concluyó con estas palabras su declaración ante el Tribunal de Palermo, que ayer reanudó el juicio de apelación contra el anciano político acusado de colusión con la Mafia siciliana. Andreotti apareció tranquilo ante los jueces pese a que su comparecencia se produce 10 días después de haber sido condenado por el Tribunal de Perugia a 24 años de cárcel como instigador del asesinato de un periodista. Los fiscales de Palermo, que recurrieron la absolución...

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"Rezo a Dios para que me conserve la vida hasta que terminen los procesos". Giulio Andreotti, de 83 años, siete veces primer ministro italiano, concluyó con estas palabras su declaración ante el Tribunal de Palermo, que ayer reanudó el juicio de apelación contra el anciano político acusado de colusión con la Mafia siciliana. Andreotti apareció tranquilo ante los jueces pese a que su comparecencia se produce 10 días después de haber sido condenado por el Tribunal de Perugia a 24 años de cárcel como instigador del asesinato de un periodista. Los fiscales de Palermo, que recurrieron la absolución recibida por Andreotti en octubre de 1999, reclamaron ayer la comparecencia de un nuevo arrepentido, Antonino Giuffré, ex mano derecha del nuevo capo, Bernardo Provenzano.

La figura pálida y encorvada del senador vitalicio fue el centro de todas las miradas en el aula del tribunal palermitano, donde intervino para rechazar todas las acusaciones de los arrepentidos que le identificaron como el hombre que visitó en Palermo -y saludó con un beso en la mejilla- al anterior padrino de Cosa Nostra, Totó Riina, detenido en 1993. Un supuesto que Andreotti ha desmontado mil veces considerándolo absurdo. "Si yo hubiera venido a Palermo, cuando todo el mundo me conoce, a entrevistarme con un fugitivo de la Mafia, sería para encerrarme en un manicomio, no para juzgarme", ha dicho en más de una ocasión. Ayer, Andreotti citó las leyes aprobadas por su Gobierno contra Cosa Nostra como demostración de su inocencia. Y reiteró que el tribunal de Palermo no ha sido capaz de probar ninguna de las acusaciones. "Allá arriba tendré que confiar en la misericordia para muchas cosas. Pero aquí abajo sólo quiero justicia y me resisto a creer que nuestro ordenamiento no asegure la objetividad necesaria", añadió.

El juicio de apelación inquieta también al viejo líder de la Democracia Cristiana por las declaraciones que ha hecho a los fiscales antimafia Nino Giuffré. Más de 400 folios en los que Giuffré vuelve a relacionar al senador vitalicio con Cosa Nostra.

El nuevo arrepentido, que comenzó a colaborar con la justicia hace pocos meses, dijo haber escuchado directamente de labios del papa de la Mafia, Michele Greco, el padrino que sucedió a Stefano Bontade en la cúpula de Cosa Nostra, a partir de 1978, que Andreotti era el personaje con el que se entrevistaban "los embajadores" de la Mafia en Roma. La siguiente vista se celebrará el 13 de diciembre.

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