Urbanistas neoyorquinos buscan en el Fòrum ideas para reconstruir Manhattan

Los neoyorquinos comienzan a ser conscientes de la necesidad de reconstruir su ciudad. El corazón de Manhattan, en especial la zona cero, continúa siendo un inmenso vacío que hay que rellenar para cicatrizar la herida abierta, y las soluciones pueden aportarlas ciudades europeas como Barcelona.

El Pratt Institute de Nueva York (institución dedicada a la arquitectura y el diseño) realiza actualmente una gira por grandes urbes europeas en la que participan expertos en urbanismo, funcionarios del Ayuntamiento de Nueva York, representantes de fundaciones y ONG, además de familiares...

Los neoyorquinos comienzan a ser conscientes de la necesidad de reconstruir su ciudad. El corazón de Manhattan, en especial la zona cero, continúa siendo un inmenso vacío que hay que rellenar para cicatrizar la herida abierta, y las soluciones pueden aportarlas ciudades europeas como Barcelona.

El Pratt Institute de Nueva York (institución dedicada a la arquitectura y el diseño) realiza actualmente una gira por grandes urbes europeas en la que participan expertos en urbanismo, funcionarios del Ayuntamiento de Nueva York, representantes de fundaciones y ONG, además de familiares de las víctimas del 11 de septiembre. La misión de estas 50 personas elegidas consiste en observar el proceso de regeneración que han experimentado en los últimos años grandes ciudades del viejo continente, aprender de su experiencia para trasladar parte de ellas a su ciudad. Luego, el Ayuntamiento de Nueva York escuchará sus sugerencias.

Una veintena de estos observadores llegaron ayer a Barcelona para conocer su modelo urbanístico, con una especial atención al Fòrum 2004 y la transformación vivida para los Juegos Olímpicos. "Es un aspecto que nos interesa especialmente, ya que pretendemos organizar los Juegos de 2012 en una zona de Manhattan que ahora ocupan industrias", comentó Edith Hsu Chen, representante del Ayuntamiento. Venían de un Berlín frío, donde conocieron los monumentos dedicados a las víctimas del holocausto y la guerra fría, para aterrizar en una Barcelona lluviosa en la que se interesaron por la recuperación de zonas degradadas, como la desembocadura del Besòs. Al menos a ellos sí les convence la idea del Fòrum y los ejes sobre los que se asienta: diversidad, desarrollo sostenible y condiciones de la paz. Incluso propusieron que Nueva York fuera la siguiente sede para este acontecimiento.