Entrevista:V.M.Candau | Experta en educación intercultural

"Hoy en día debemos reinventar la escuela"

La brasileña Vera María Candau es experta en la formación de docentes en el ámbito multicultural y de los derechos humanos. Profesora titular del departamento de Educación en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (Brasil), está convencida de que la educación está demasiada enfocada a un aspecto "pragmático y utilitarista". Asegura que la gran asignatura pendiente es la formación de ciudadanos activos "capaces de construir un mundo mejor". "Hoy en día las mayor parte de las propuestas oficiales educativas están marcadas por la lógica del mercado, por la tendencia de los organismo...

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La brasileña Vera María Candau es experta en la formación de docentes en el ámbito multicultural y de los derechos humanos. Profesora titular del departamento de Educación en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (Brasil), está convencida de que la educación está demasiada enfocada a un aspecto "pragmático y utilitarista". Asegura que la gran asignatura pendiente es la formación de ciudadanos activos "capaces de construir un mundo mejor". "Hoy en día las mayor parte de las propuestas oficiales educativas están marcadas por la lógica del mercado, por la tendencia de los organismos internacionales, muy poco orientadas a un cambio social", señala.

El pasado sábado, Candau participó en el II Foro Internacional de Educación en Valores, bajo el título Jóvenes en marcha, organizado por la ONG Entreculturas-Fe y Alegría y la Fundación Santa María en colaboración con la Universidad de Comillas. El encuentro buscaba promover en los jóvenes y educadores de España y América Latina el compromiso con la solidaridad como proceso individual y colectivo.

Pregunta. ¿Cómo debe orientarse la formación en valores para conseguir un cambio social?

Respuesta. La expresión educación en valores es un poco ambigua, porque valores siempre hay. Si yo formo para el mercado, formo en competitividad, en individualismo... Es imposible hacer educación sin una dimensión ética. Por eso el tema es preguntarse en qué valores hay que formar. La eduación para la ciudadanía no es sólo un tema ético sino también político. Hay que favorecer las organizaciones juveniles, la participación en acciones sociales más allá del propio centro educativo. Hay que salir de las paredes de la escuela para generar desde temprano un sujeto que se ve a sí mismo no sólo como sujeto individual sino también social.

P. ¿Cree entonces que debería replantearse el concepto de educación?

R. Creo que sí. La escuela es una construcción histórica que ahora está en crisis debido a la multitud de cambios que se han experimentado en los últimos tiempos. Hoy en día estamos en un momento en el que debemos reinventar la escuela, el aula, porque hasta ahora ha sido muy rígida. ¿Por qué el aula tiene que tener un pizarrón con pupitres donde los niños miren al profesor? Esta es una construcción histórica que sólo obedece a una determinada época.

P. ¿Cuál debería ser el camino a seguir de esta nueva escuela?

R. Hay que ir hacia una visión mucho más participativa en la que se conciba el aula como un lugar donde enseñar y aprender más que como un sitio físico. En el currículum, se debe de trabajar más con proyectos de investigación, por temáticas específicas que vayan articulando el interés de los alumnos y de los padres con contenidos sistematizados socialmente. Hay que concebir que los conocimientos son construcciones y no concebirlos como algo estático.

P. En todo este proceso de cambio de concepión educativa, ¿Qué papel debe desempeñar el profesor?

R. El docente no debe ser un mero transmisor de conocimientos sino que tiene que ofrecer desafíos y pistas de trabajo a sus alumnos con el objetivo de que les ayude a construir y posicionarse de una manera crítica, activa y creativa en determinados contenidos aparte de formarles como agentes sociales transformadores.

P. ¿Hasta qué punto la educación puede contribuir a mejorar el mundo?

R. La educación por si sola no puede cambiar nada. La transformación social pasa por cambios estructurales. La educación colabora formando mentalidades, identidades personales y sociales, formando personas más sensibles capaces de situarse de otra manera delante de los problemas. Una formación puramente en el aprendizaje de matemáticas, de lengua o de historia, desde una perspectiva casi neutra, no favorece el cambio. Para que haya un cambio hay que estudiar estas asignaturas, pero hay que tener una mentalidad distinta y preguntarse al servicio de quienes y de qué proyecto. La ciencia debe tener una responsabilidad social orientada al tipo de sociedad que queremos crear.

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