El 66% de los italianos vive en zonas de riesgo sísmico

La experiencia de un temblor de tierra, una de las más inquietantes que puede proporcionar la naturaleza, amenaza a una gran parte de Italia, donde, según el mapa elaborado por los técnicos del Instituto Geofísico, 37,7 millones de habitantes (el 66% del total) vive en zonas inestables desde el punto de vista sísmico.

El mapa abarca el 63% del país, recorrido de norte a sur por los Apeninos, la cadena montañosa en torno a la que se concentran las principales bolsas de alto riesgo.

Durante la última semana ha habido temblores mitigados en Sicilia, y desde el 31 de octubre a...

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La experiencia de un temblor de tierra, una de las más inquietantes que puede proporcionar la naturaleza, amenaza a una gran parte de Italia, donde, según el mapa elaborado por los técnicos del Instituto Geofísico, 37,7 millones de habitantes (el 66% del total) vive en zonas inestables desde el punto de vista sísmico.

El mapa abarca el 63% del país, recorrido de norte a sur por los Apeninos, la cadena montañosa en torno a la que se concentran las principales bolsas de alto riesgo.

Durante la última semana ha habido temblores mitigados en Sicilia, y desde el 31 de octubre a la madrugada de ayer, se han registrado más de 250 sacudidas telúricas -llamadas réplicas por los expertos- en la provincia de Campobasso, en el centro-sur del país. Llamarles terremotos sería tal vez excesivo, salvo en el caso de la tremenda sacudida que destrozó la escuela pública de San Giuliano di Puglia el pasado jueves. Pero ese seísmo, considerado moderado por los sismólogos, ha tenido al menos tres fuertes réplicas que han superado el quinto grado en la escala abierta de Richter y han dejado un sabor amargo de precariedad en todos estos pequeños municipios.

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La sacudida llega siempre de forma inesperada y modifica en un instante las leyes físicas. Es como si la gravedad no existiera de pronto, y los pies se apoyaran en una plataforma móvil que oscila en el vacío. Lo aconsejable es colocarse bajo los quicios de las puertas, si son lo suficientemente profundos, o protegerse debajo de una mesa, pero el impulso natural, no menos telúrico que el que repliega las capas profundas de la tierra, es salir corriendo lo más lejos posible.

Es lo que han hecho estos días los habitantes de las pequeñas poblaciones del sur de la comarca del Molise, una zona agrícola, que desde el jueves 31 de octubre se niegan a dormir bajo el techo de sus viviendas por temor a que se vengan abajo y se conviertan en una trampa mortal.

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