Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL

Purgando los excesos

La crisis económica estadounidense, y por extensión la del resto de países industrializados, es en buena medida el resultado de una sobreinversión en años precedentes. Cuando se habla de sobreinversión en un contexto de crisis económica, en realidad nos estamos refiriendo a la otra cara de la misma moneda: un excesivo endeudamiento que requiere, para hacer frente a su servicio (intereses más amortización), un aumento de la demanda muy superior al que se está produciendo. Ciñéndonos a la economía estadounidense, este excesivo endeudamiento no está limitado al ámbito empresarial, sino también a ...

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La crisis económica estadounidense, y por extensión la del resto de países industrializados, es en buena medida el resultado de una sobreinversión en años precedentes. Cuando se habla de sobreinversión en un contexto de crisis económica, en realidad nos estamos refiriendo a la otra cara de la misma moneda: un excesivo endeudamiento que requiere, para hacer frente a su servicio (intereses más amortización), un aumento de la demanda muy superior al que se está produciendo. Ciñéndonos a la economía estadounidense, este excesivo endeudamiento no está limitado al ámbito empresarial, sino también a las familias.

En este contexto puede entenderse la política monetaria de la Reserva Federal, bajando el nivel de tipos de interés hasta niveles inferiores a la inflación, para aliviar en la medida de lo posible la carga financiera de empresas y familias endeudadas. Por otra parte, hasta que no se restablezca el equilibrio financiero en estos agentes sobreendeudados, sólo cabe esperar un retraimiento de las decisiones de consumo (familias y empresas) e inversión (principalmente empresas). Pues bien, los datos del PIB estadounidense del tercer trimestre del año parecen apuntar a que el equilibrio financiero está más próximo: tanto el consumo privado como la inversión en bienes de equipo y software experimentan repuntes significativos.

La economía estadounidense tiene un excesivo endeudamiento que no está limitado al ámbito empresarial, sino también afecta a las familias

Ciertamente es muy relevante, y esperanzador, el cambio de signo en la tasa interanual en la inversión en bienes de equipo, que ha pasado del -2,9% en el trimestre anterior al 1,1%. Recordemos que llevaba seis trimestre consecutivos decreciendo, alcanzando su punto más bajo en el tercero de 2001 (-9,5%).

Con todo, la mejor noticia proviene del consumo privado, que se mantiene como el elemento dinamizador de esta economía y acelera su crecimiento desde el 3,1% hasta nada menos que el 3,8%. Cuidado aquí también con ser excesivamente optimistas: el crecimiento parece concentrarse en determinados artículos (automóviles) mientras que otros indicadores cualitativos (confianza del consumidor, por ejemplo) muestran descensos importantes. Lo cierto y destacable es que el consumidor americano viene mostrándose relativamente indiferente a la pérdida de riqueza financiera (por caída de las cotizaciones bursátiles), probablemente compensada por un aumento de la riqueza inmobiliaria (también allí el precio de la vivienda ha crecido fuertemente en los dos últimos años).

Enrique Sánchez del Villar y María José Huete pertenecen a Analistas Financieros Internacionales.

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