OPINIÓN DEL LECTOR

El Athletic y el Estado libre asociado

La última propuesta del señor Arzalluz, que no del Lehendakari, nos propone que el País Vasco se convierta en un Estado libre asociado a España. La incertidumbre se apodera de todos los sectores, pero deseo referirme a uno en concreto, el futbolístico. Me surgen enormes dudas sobre el futuro que le deparará a nuestro Athletic con dicha propuesta.

Se reclama una selección vasca de fútbol con representación internacional, en cambio, ni una sola palabra sobre una liga vasca independiente en coherencia con la anterior petición. La propuesta sabiniana, supondría que el Athletic dejarí...

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La última propuesta del señor Arzalluz, que no del Lehendakari, nos propone que el País Vasco se convierta en un Estado libre asociado a España. La incertidumbre se apodera de todos los sectores, pero deseo referirme a uno en concreto, el futbolístico. Me surgen enormes dudas sobre el futuro que le deparará a nuestro Athletic con dicha propuesta.

Se reclama una selección vasca de fútbol con representación internacional, en cambio, ni una sola palabra sobre una liga vasca independiente en coherencia con la anterior petición. La propuesta sabiniana, supondría que el Athletic dejaría de participar en la liga del 'país opresor', lo que supondría su ruina económica. Debería explicar el señor Arzalluz, como se iba a compensar la pérdida de ingresos debido al descenso en el número de socios, la reducción de ingresos por taquilla, publicidad, televisión, motivado por el hecho de que las estrellas del Madrid, Barcelona, Valencia... ya no pasarían por San Mamés.

Sería desolador comprobar el aforo de las gradas en un día del club entre el Athletic y el Eibar. Eso sí, en vez de controles anti-doping, se realizarán controles sobre la pureza sanguínea y el RH de los jugadores.

En el ámbito económico-empresarial nos podemos hacer una idea de lo que supondría llevar adelante la propuesta del señor Arzalluz. Esto nos afecta a todos, nacionalistas y no nacionalistas, ya que las consecuencias económicas las vamos a sentir todos, sectores deportivos incluidos.

Por ello, aunque no sea más que por pragmatismo, es hora de que algunos digan NO a este proyecto.

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