La inversión por habitante crece más despacio en Cataluña

El dinero que las administraciones públicas destinan por cada ciudadano de Cataluña ha crecido en las últimas décadas a un ritmo inferior al registrado en el conjunto de España. Al contrario de lo que sucedía en el arranque de la transición política, este esfuerzo sólo representaba en el año 2000 el 85% del que suponía en todo el Estado, según una publicación editada por el propio Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat.

Hace 27 años, una mirada al esfuerzo inversor realizado en Cataluña y en el conjunto de España ofrecía una foto muy parecida: se analizara como se analiza...

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El dinero que las administraciones públicas destinan por cada ciudadano de Cataluña ha crecido en las últimas décadas a un ritmo inferior al registrado en el conjunto de España. Al contrario de lo que sucedía en el arranque de la transición política, este esfuerzo sólo representaba en el año 2000 el 85% del que suponía en todo el Estado, según una publicación editada por el propio Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat.

Hace 27 años, una mirada al esfuerzo inversor realizado en Cataluña y en el conjunto de España ofrecía una foto muy parecida: se analizara como se analizara, este esfuerzo inversor estaba equilibrado en torno a los 2.800 euros por ciudadano y año.

Por supuesto, la cantidad de dinero que se invierte por habitante se ha incrementado significativamente desde 1975: la media en toda España era, el año 2000, de 2,6 veces más, es decir, 7.400 euros.

Sin embargo, el crecimiento en el caso específico de Cataluña fue algo menor a lo largo del periodo rastreado, y que culmina en 2000. En ese último año de los que abarca el trabajo de la revista Nota d'Economia, las administraciones invirtieron 6.400 euros por habitante. Es decir, 2,2 veces más que en 1975. Si sólo se tiene en cuenta la inversión en infraestructuras de transporte (y si se excluye, en esencia, el gasto destinado a educación y sanidad), la distancia entre Cataluña y la media española no se elimina, aunque sí se acorta. La inversión por cada catalán suponía en 2000 algo más del 90% de la destinada por cada ciudadano español.

Estos datos sugieren que dos décadas largas de consolidación de la democracia y la autonomía no se han traducido en avances para Cataluña por lo que respecta al peso que en esta comunidad autónoma tiene la inversión pública por habitante, si se compara con lo ocurrido en todo el territorio español.

En otro de los artículos de la misma publicación, los técnicos de Economía subrayan, entre otras conclusiones, que la suma de la inversión del Estado, la Administración catalana y las corporaciones locales acumulada entre 1981 y 2001 se sitúa en 40.870 millones de euros (6,8 billones de pesetas), lo que supone el 3,8% de la riqueza de Cataluña. Según los expertos, el nivel adecuado de inversión debe alcanzar el 5% del producto interior bruto de un determinado territorio.

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Con todo, es el mayor nivel logrado desde hace dos décadas, aunque las series estadísticas utilizadas en el trabajo de investigación de Economía no se basan en los presupuestos ya liquidados, sino en las previsiones iniciales.

De la inversión pública total presupuestada (que no ejecutada realmente), la Generalitat es la Administración que ha aportado, proporcionalmente, una mayor rentabilidad: el 46%, frente al 21% correspondiente a la Administración estatal y al 33% de los poderes locales.

Pero estos porcentajes se extraen del reparto entre las tres administraciones de los mencionados 40.870 millones de euros de inversión total acumulada durante el periodo rastreado (1981-2001). El peso de la aportación de la Administración autonómica sobre el total en 2001 (el 38% o 1.753,8 millones de euros) es el más bajo que se registra desde 1982, y se sitúa en un nivel similar al de 1984.

Si se repite el ejercicio con las corporaciones locales, la conclusión es clara: hay que remontarse a 1983 para encontrar un año en que la contribución de las administraciones locales respecto de todo el pastel sea tan baja como la registrada en 2001, año en que, con 1.258,3 millones de euros presupuestados, limitó su parte al 27,3% del total.

Inversión estatal

Por lo que respecta a la inversión del Estado, la aportación en 2001 fue de 1.599,8 millones de euros. Es decir, el 34,7% de la inversión total. Salvo en 1981, esta aportación nunca había sido tan elevada. La proporción estatal, que alcanzó su momento más bajo en 1992 y 1993, evoluciona con firmeza desde 1998.

Pero la propia publicación explica que los importantes incrementos experimentados por la inversión estatal en Cataluña en los últimos años responden en buena parte a que, en la serie de datos, se incluyen a partir de 1998 las inversiones de las empresas públicas, circunstancia metodológica que dibuja una curva milagrosamente ascendente.

Discriminación histórica

La inversión estatal en Cataluña representó en 2001 el 13,5% sobre toda la inversión realizada en España, y, este año, el dinero presupuestado eleva el dato al 14,8%. Son niveles muy superiores a los registrados entre 1996 y 1999, aunque ya se dieron en 1995.

Sin embargo, incluso en el mejor de los casos (el mencionado 14,8% correspondiente a 2002), la inversión del Estado en la comunidad catalana continúa por debajo de lo que pesa la población de Cataluña en el conjunto de España (en torno al 16%), y también queda por debajo del peso de la economía catalana sobre la española (el 19%).

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