'Si Lula trata de engañar al pueblo, acabará como De la Rúa'

'Brasil tiene 858 millones de hectáreas de superficie: unos 600 millones son tierras privatizadas; hay unos 200 millones de tierras públicas que están en la Amazonia. De los 600 millones en manos privadas, 360 millones de hectáreas son aptas para la agricultura, de los que se cultivan 46 millones. El resto son improductivas, en la selva o suelos pobres'. Éstos son algunos de los datos que proporciona João Pedro Stédile, líder del Movimiento de los Sin Tierra (MST), la organización que dirige la lucha de los campesinos a favor de la reforma agraria en Brasil.

Más cifras: 'Brasil tiene 27...

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'Brasil tiene 858 millones de hectáreas de superficie: unos 600 millones son tierras privatizadas; hay unos 200 millones de tierras públicas que están en la Amazonia. De los 600 millones en manos privadas, 360 millones de hectáreas son aptas para la agricultura, de los que se cultivan 46 millones. El resto son improductivas, en la selva o suelos pobres'. Éstos son algunos de los datos que proporciona João Pedro Stédile, líder del Movimiento de los Sin Tierra (MST), la organización que dirige la lucha de los campesinos a favor de la reforma agraria en Brasil.

Más cifras: 'Brasil tiene 27.000 estancieros con propiedades mayores de 2.000 hectáreas. Controlan 178 millones de hectáreas improductivas. Todos podrían ser expropiados en aplicación de la ley. El 14% de las tierras del planeta están en Brasil y aquí producimos una miseria. Estamos sentados encima de una inmensa riqueza y el pueblo pasa hambre', añade.

'Una victoria de Lula se traduciría en un resurgimiento del movimiento de masas'
'Los cambios necesarios no dependerán de la voluntad de Lula, sino de la movilización'

Stédile, de 48 años, nacido en Río Grande do Sul, hijo de emigrantes campesinos, es cristiano y socialista (milita en el Partido de los Trabajadores, PT). Pasó la adolescencia en el medio rural, estudió economía y continuó trabajando como asesor del sindicato del campo. En 1984, los diversos grupos que participaron en ocupaciones de tierras improductivas durante la dictadura constituyeron un movimiento social, autónomo de la Iglesia, los partidos y los sindicatos. En enero de 1985 se celebró el primer congreso. Stédile pertenece a la dirección nacional, de 21 miembros, uno por Estado.

Pregunta. ¿El MST será el mayor dolor de cabeza para Lula si gana las elecciones?

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Respuesta. No; el mayor dolor de cabeza se llama capital norteamericano, con todas sus representaciones: los bancos, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio. Ésos serán los grandes dolores de cabeza del señor Luiz Inácio Lula da Silva y del pueblo brasileño.

P. ¿Promoverá el MST ocupaciones para presionar a las nuevas autoridades en los primeros meses de un eventual Gobierno de Lula?

R. El MST actúa de forma autónoma respecto al PT. Evidentemente, en la fase inicial de todo Gobierno la gente está expectante.

P. Las expectativas que puede generar entre ustedes un Gobierno de Lula son superiores a las que podría despertar un Gobierno de cualquier otro candidato.

R. Claro; vivimos una coyuntura compleja. En primer lugar, el modelo económico neoliberal ha fracasado, ha colocado a nuestra sociedad y a nuestra economía en un callejón sin salida. Eso exige cambios; si no, la crisis social será devastadora y acabaremos como Argentina. Una victoria de Lula tendría un peso simbólico que se traduciría en un resurgimiento del movimiento de masas. La campaña de Lula está diciendo al pueblo: vota a Lula; es la hora de Lula. Muy bien; vamos a votar a Lula. Pero a partir de enero, el pueblo brasileño dirá: ha llegado nuestra hora. Y se producirá un proceso de movilizaciones sociales en las que participarán los Sin Tierra y los trabajadores del sector público para apoyar los cambios que necesita Brasil.

P. ¿Serían movilizaciones en favor del nuevo Gobierno?

R. No hay que situarlo en el terreno partidista. Estoy hablando de movimiento de masas para presionar en favor de los cambios. Si el Gobierno de Lula entiende este mensaje del pueblo se fortalecerá el proceso de cambio. Si, por el contrario, trata de engañar al pueblo pidiéndole paciencia, acabará como [Fernando] De la Rúa.

P. ¿Confía en Lula o le preocupa su posible alianza con sectores conservadores y algunos círculos empresariales?

R. En la política electoral brasileña existe mucha retórica y pocos compromisos. Aquí hemos visto campañas muy hipócritas. Lo que prometió Fernando Henrique Cardoso nada tiene que ver con lo que hizo después. Honestamente, no nos preocupa el tono del discurso de Lula ni las alianzas que pueda alcanzar. Nos da confianza que Lula represente las fuerzas sociales organizadas de nuestra sociedad, al margen de los partidos políticos tradicionales.

P. ¿Cuánta gente representan?

R. En el medio rural hay 32 millones de personas, de los que 16 millones son campesinos sin tierra, que equivalen a 4,5 millones de familias. Ésta es la base social que va a luchar por una reforma agraria. El MST ha conseguido conquistar tierras para 350.000 familias que hoy están asentadas. Es nuestra base organizada, la que se moviliza. Además, disponemos de 459 campamentos donde viven 61.000 familias esperando una solución. La primera tarea del Gobierno será ésa, y apoyar también a las 350.000 que están asentadas y que no reciben recursos desde hace tres años porque el Gobierno de Cardoso nos definió como movimiento enemigo.

P. ¿El Gobierno indemniza a los antiguos propietarios?

R. Claro; la Constitución, aprobada en 1988, determina que toda hacienda improductiva por encima de las 1.000 hectáreas debe ser expropiada. El hacendado tiene derecho a recibir el valor de la tierra en títulos de deuda pública rescatables en 20 años y un efectivo por la obra construida en la hacienda.

P. Usted y el MST piden una ruptura con la política del Banco Mundial y del FMI.

R. Sí; y también algunos banqueros.

P. Pero no es lo que ha planteado Lula durante la campaña.

R. Volvemos a la retórica de las campañas en Brasil. Los cambios que son necesarios no dependerán de la voluntad de Lula, sino de la movilización. Nuestra misión en el MST es movilizar al pueblo para exigir al nuevo Gobierno esa ruptura.

P. ¿Y la deuda?

R. Hay que renegociarla en los siguientes términos: suspender de entrada todo envío de dinero al exterior y constituir una comisión del Senado y la sociedad brasileña para hacer un auditoría de la deuda durante dos o tres años.

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