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Los realizadores magrebíes y árabes afirman que la rabia alimenta su cine

Un encuentro reúne en Madrid a autores del Mediterráneo

Varios cineastas del Magreb y algunos países árabes explican estos días en Madrid cuáles son las razones que les llevan a hacer cine. Una es la cólera, por ejemplo. Así lo afirmó ayer el tunecino Ferid Boughedir, autor de Halfaouine o Un verano en la goulette: 'Al principio estuvimos obsesionados por nuestra identidad, pero ahora a muchos cineastas árabes es la rabia, por lo mal retratados que nos sentimos en las películas occidentales, lo que nos lleva a hacer cine'. Boughedir participó ayer en una mesa redonda en el Círculo de Bellas Artes con colegas suyos como Yamina Bachir, ...

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Varios cineastas del Magreb y algunos países árabes explican estos días en Madrid cuáles son las razones que les llevan a hacer cine. Una es la cólera, por ejemplo. Así lo afirmó ayer el tunecino Ferid Boughedir, autor de Halfaouine o Un verano en la goulette: 'Al principio estuvimos obsesionados por nuestra identidad, pero ahora a muchos cineastas árabes es la rabia, por lo mal retratados que nos sentimos en las películas occidentales, lo que nos lleva a hacer cine'. Boughedir participó ayer en una mesa redonda en el Círculo de Bellas Artes con colegas suyos como Yamina Bachir, directora argelina autora de Rachida, con la marroquí Farida Benlyazid y Montxo Armendáriz, que fue moderada por el ex director del Festival de San Sebastián Diego Galán y que contó con la participación de Carmen Romero, presidenta del Círculo Mediterráneo, que ha organizado el II Encuentro Euromagrebí de Cine.

Romero alentó a que a través de estas jornadas las culturas del Mediterráneo se puedan conocer mejor, ya que, según ella, 'somos mundos próximos pero desconocidos'. Boughedir, el más combativo de los presentes, aseguró que el cine es un arma de diálogo. 'Nos ayuda a conocernos mejor que los libros, porque la imagen rompe todas las barreras y a través de su poder mágico podemos meternos en una familia de un país extraño y sentarnos a la mesa con ellos, algo que nos da una sensación de inmediata fraternidad'.

Todos denunciaron el escaso interés de las distribuidoras y la prepotencia de los canales de distribución americana en acaparar los mercados más pequeños, algo en lo que deberían tomar parte los Estados. 'En Argelia no hay voluntad política de ayudar al cine', denuncia Yamina Bachir. 'Nuestros públicos demandan películas que hablen de nuestra realidad, pero es muy difícil sacar adelante los proyectos', aseguró Boughedir. Y todos los presentes pusieron como ejemplos otro tipo de trabas que incomunican aún más: ayer se esperaba la participación de otro cineasta argelino, Mohammed Chouikh, pero no pudo asistir porque se le negó el visado de entrada a España.

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