Reportaje:

Enagas, año cero

La empresa invertirá 2.600 millones en cinco años para asegurar el abastecimiento de 53 plantas eléctricas

Enagas, año cero. La empresa creada en 1972, propietaria de los 6.000 kilómetros de gasoductos que existen en España, ha dejado de ser filial del Grupo Gas Natural (al que pertenecía desde el año 1994). También ha dejado de vender un producto concreto a la industria para vender algo más complejo a las nuevas compañías comercializadoras que compiten en el mercado gasista: capacidad de transporte de una materia prima, el gas natural, que es la gran apuesta energética del Gobierno para la próxima década, según se recoge en el Plan de Infraestructuras 2002-2011 aprobado por el Ejecutivo.

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Enagas, año cero. La empresa creada en 1972, propietaria de los 6.000 kilómetros de gasoductos que existen en España, ha dejado de ser filial del Grupo Gas Natural (al que pertenecía desde el año 1994). También ha dejado de vender un producto concreto a la industria para vender algo más complejo a las nuevas compañías comercializadoras que compiten en el mercado gasista: capacidad de transporte de una materia prima, el gas natural, que es la gran apuesta energética del Gobierno para la próxima década, según se recoge en el Plan de Infraestructuras 2002-2011 aprobado por el Ejecutivo.

En este contexto, el presidente de la compañía, Antonio González-Adalid (antiguo directivo de la petrolera Repsol), tiene claro el reto al que debe hacer frente: invertir, al menos, 2.600 millones de euros en cinco años (800 el próximo ejercicio) para facilitar el cumplimiento de los planes del Gobierno que, en el horizonte del año 2011, contemplan el abastecimiento seguro de 53 plantas eléctricas basadas en el ciclo combinado, que quema gas para generar electricidad.

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'Esos planes', asegura González-Adalid, 'exigirán mucha atención por el volumen de inversión requerido y porque los plazos son muy ajustados, pero contamos con una experiencia de 30 años, unos activos por valor de 2.600 millones de euros y una red de 6.000 kilómetros de gasoductos, de los que la mitad tienen menos de cinco años'.

Los planes exigirán también financiación. Enagas, que el 26 de junio pasado llevó a cabo una oferta pública de venta (OPV) de acciones del 59,1% del capital (Gas Natural limitó su participación al 35%), está negociando con las principales agencias de calificación de riesgos (Standard & Poor's y Moody's) la puntuación de solvencia que permita diseñar, a patir del mes de octubre, un plan para acudir al mercado en buenas condiciones a solicitar los préstamos en los que apoyar las nuevas inversiones.

Calificación

La negociación con las agencias de calificación es uno de los hitos que la compañía tiene marcados hasta fin de año. Otro es la puesta en marcha de una nueva venta de parte de su capital, en este caso un paquete del 5,9%, a partir del 26 de diciembre próximo.

A pesar de que Enagas ha sufrido las consecuencias de un mercado bursátil inestable en los últimos meses, González-Adalid es optimista. 'Los inversores van a ir ganando en confianza a medida que la compañía genere buenas noticias, y las habrá. Ya en el segundo trimestre, los resultados [53,4 millones de beneficios hasta junio], han sido superiores a lo que esperaba el mercado'. Aunque reconoce que el precio al que se colocaron los títulos en la OPV de junio (6,5 euros por título), 'quizá habría sido distinto' de saber lo que se avecinaba en los mercados, la dirección de Enagas atribuye el castigo sufrido en la cotización a un reajuste de carteras 'natural', típico tras cualquier OPV. 'El peor momento ha pasado', señala González-Adalid.

Optimismo

El optimismo de la dirección de Enagas se apoya en dos características de la empresa que consideran 'únicas': la seguridad en la actividad (nadie puede suplir la función que desarrolla la compañía) y la seguridad en el crecimiento del negocio.

Según los datos de la empresa, la actividad ha crecido en lo que va de año un 19% y los planes del Gobierno en materia energética no harán sino inflar las velas del negocio. Si, además, se tiene en cuenta que los ingresos de Enagas están regulados por el Gobierno y sus costes son fijos en un 95%, se explica mejor el optimismo de los directivos de la compañía, inmersa además, en una reestructuración en la cúpula para facilitar, entre otras cosas, las relaciones con los inversores.

En cuestiones de plantilla, las cuentas están hechas: el número de trabajadores, 865 en estos momentos, sólo aumentará en un 10% pese a que se duplicarán los activos y la actividad de la compañía.

El optimismo que destila González-Adalid no lo empaña ni siquiera el hecho de que las compañías eléctricas (invitadas en su momento a participar en la compra de acciones de Enagas) declinaran, y no muy educadamente por cierto, participar en el consejo de la operadora gasista, al igual que hacen en Red Eléctrica de España (REE), la operadora de la red de alta tensión en el sector eléctrico.

Operador 'neutral'

'Somos, ante todo, un operador neutral' afirma González-Adalid, para quien la decisión de las eléctricas de no participar en el consejo de Enagas demuestra que confían en que 'van a ser bien tratadas' pese a no arriesgar dinero para participar en su gestión. Neutralidad ante todo, insiste el presidente de la compañía.

De cara al futuro, nublado por la posibilidad de nuevos conflictos internacionales, desde Enagas se hace un pronóstico: hay una revolución tecnológica en marcha (licuación del gas, que facilita su transporte), que beneficiará a la competencia, reducirá los precios y, a la larga, romperá la atadura del precio del gas al del petróleo, como ahora sucede.

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