Un escape en un camión cisterna causa un vertido de 3.000 litros de ácido nítrico en Palma del Río
Un camión cisterna de la empresa Abonos Jiménez, de Palma del Río (Córdoba), fue ayer el origen de una fuga de 3.000 litros de ácido nítrico que se vertieron al suelo en una nave del polígono industrial de Matachel, sin causar, según informó el Centro de Coordinación de Emergencias, daños personales ni materiales. Se teme, sin embargo, que parte del ácido, altamente tóxico y corrosivo, haya alcanzado la red de alcantarillado de esta localidad; el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y Medio Ambiente han abierto investigaciones en esta línea.
Los bomberos...
Un camión cisterna de la empresa Abonos Jiménez, de Palma del Río (Córdoba), fue ayer el origen de una fuga de 3.000 litros de ácido nítrico que se vertieron al suelo en una nave del polígono industrial de Matachel, sin causar, según informó el Centro de Coordinación de Emergencias, daños personales ni materiales. Se teme, sin embargo, que parte del ácido, altamente tóxico y corrosivo, haya alcanzado la red de alcantarillado de esta localidad; el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y Medio Ambiente han abierto investigaciones en esta línea.
Los bomberos de Palma del Río detectaron el vertido hacia las 6.00 de ayer. En principio, se creyó que podía ser un incendio porque el ácido nítrico produce humo en contacto con el aire. Pero pronto se observó que era un escape procedente de uno de los cinco compartimentos independientes de un camión cisterna aparcado en la nave: una sección en la que se habían almacenado 3.000 litros de este ácido, que se usa para la elaboración de fertilizantes.
El escape se había comunicado a otro de los compartimentos del camión, el más cercano a la cabina, que contenía una solución nitrogenada al 20%. Los bomberos hicieron un trasvase de este producto a otro depósito, a la vez que trataban de neutralizar el vertido de ácido nítrico con hidróxido de cal. Taparon también las alcantarillas, para evitar que el tóxico llegase hasta ellas, pero no se puede descartar que al menos una parte se haya filtrado a la red de saneamiento.