Las varices también son cosa de hombres

Los varones, el 35% de los afectados, suelen acudir tarde al médico

Uno de cada cuatro españoles tiene varices y de ellos, el 35% son hombres. Pero la costumbre masculina de posponer la visita al médico, la falta de información y la creencia de que se trata de un trastorno estético que afecta exclusivamente a las mujeres hace que la mayoría de los hombres acudan al médico cuando ya es tarde. Es decir, cuando las varices son ya de gran tamaño, hay trombosis superficial (formación de un coágulo en las venas), hemorragias por rotura de varices o úlceras varicosas. Estos trastornos varicosos, que en algunos casos pueden tratarse fácilmente si se llega a tiempo, pu...

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Uno de cada cuatro españoles tiene varices y de ellos, el 35% son hombres. Pero la costumbre masculina de posponer la visita al médico, la falta de información y la creencia de que se trata de un trastorno estético que afecta exclusivamente a las mujeres hace que la mayoría de los hombres acudan al médico cuando ya es tarde. Es decir, cuando las varices son ya de gran tamaño, hay trombosis superficial (formación de un coágulo en las venas), hemorragias por rotura de varices o úlceras varicosas. Estos trastornos varicosos, que en algunos casos pueden tratarse fácilmente si se llega a tiempo, pueden producir una embolia pulmonar si se complican.

El caso de Francisco Espadas, de 63 años, camionero, es paradigmático. Padecía unas varices serpiginosas (largas, tortuosas y de gran tamaño) que le obligaron a acudir al especialista hace dos años. 'No tenía dolor, sólo picores y fui al médico cuando me di cuenta de que las varices se ensanchaban cada vez más. En la intervención me hicieron tres pequeñas incisiones y sacaron la variz completa'. Hasta el momento, cuatro de sus cinco hijos (tres varones y dos mujeres) padecen varices; el mayor, de 39 años, mecánico, ya ha sido tratado. Las varices tienen una gran repercusión social y económica. Afectan al 0,7% de la población trabajadora, con unos 20 días de baja de promedio al año.

Los cocineros, pilotos, camareros, cirujanos y profesores figuran entre las profesiones de mayor riesgo
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El factor hereditario es el desencadenante de casi el 30% de los casos. Pero también pueden provocarlas otros factores, como el sedentarismo, la vasodilatación que se produce cuando se trabaja en lugares con altas temperaturas, o cuando se está muchas horas de pie (ortostatismo), y cuando la dieta tiene exceso de calorías. Cocineros, camareros, pilotos, cirujanos y profesores figuran entre las profesiones de mayor riesgo. M. B., de 52 años, lleva desde los 14 trabajando en una de estas actividades de riesgo: la restauración. Las largas jornadas sin casi poder sentarse le han pasado factura. Hace unos 10 años le aparecieron las primeras varices en la pierna derecha, y aunque la enfermedad progresaba pospuso la visita al médico hasta principios de este año, una demora de la que ahora se arrepiente. 'Una pequeña trombosis en la pierna me había dañado las válvulas de retorno de las venas y el médico me aconsejó no operar porque las varices volverían a salir', explica M. B.

En las piernas hay dos sistemas venosos: el profundo y el superficial, que se relacionan mediante otro más pequeño, el sistema intermediario. 'Los trastornos de la safena externa, que sube desde el maleolo hasta la corva, ocasionan el 40% de las varices. Esto se debe principalmente a que aunque dicha vena pertenece al sistema superficial, en la parte posterior de la pierna se sitúa en el plano profundo de modo que el paciente siente dolor pero no aprecia ninguna alteración externa y cuando acude al médico la variz está muy avanzada', explica Miguel Ángel Santos Gastón, cirujano cardiovascular y presidente de la Fundación para el Estudio y la Prevención de las Enfermedades Venosas (Esprev).

El sistema intermediario está formado por venas de unos dos centímetros, las venas perforantes, que transportan el flujo sanguíneo del sistema superficial al sistema profundo. Las lesiones más graves por insuficiencia valvular se producen en la parte interna de la pierna sobre todo a la altura del tobillo y del tercio inferior.

Las varices del hombre se producen por alteración del aparato valvular, bien por malformación congénita (cuando se nace sin válvulas) o lesión valvular, y por vasodilatación (aumento del calibre de las venas). La más frecuente es la de tipo serpiginosa, en la que a la dilatación de la vena se une un aumento de longitud. Se complican más que las de las mujeres y enseguida aparecen eccemas, pigmentación, atrofia, rotura venosa o trombosis varicosa.

'Cuando se estropean las válvulas se desencadena una hiperpresión y la sangre refluye por las venas perforantes hacia el territorio superficial. En la vasodilatación se distienden las paredes venosas, las válvulas se separan y se genera una fuga de sangre del sistema profundo al sistema superficial. Primero falla la pared venosa y luego se estropea la válvula. En las personas que están mucho tiempo de pie ocurre lo contrario: primero falla la válvula y después se dilata la vena', explica este cirujano.

En fases precoces se puede aplicar una terapia preventiva (actividad física, evitar posturas ortostáticas, cuidado de la piel y uso de calcetín de compresión) pero cuando las varices son voluminosas, sintomáticas y pertenecen al sistema superficial, hay que recurrir al tratamiento quirúrgico.

'La mayoría de pacientes son personas mayores con varices voluminosas que precisan cirugía. Además del trastorno vascular presentan otros factores que aconsejan esta técnica. Nosotros asociamos macrocirugía, eliminación del sistema safeno, con microcirugía o con escleroterapia. Los jóvenes que padecen varices en fases precoces buscan otras vías más relacionadas con la estética', afirma Pedro Portellano, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del hospital Gómez Ulla de Madrid.

Hay, además, otros tratamientos menos agresivos. Uno de ellos consiste en realizar unas microincisiones por donde se introduce un finísimo gancho que extrae la variz. La cirugía endoscópica se utiliza en pacientes con varices muy avanzadas. La escleroterapia con espuma es una técnica no quirúrgica que ha supuesto un gran avance en el tratamiento de las varices dilatadas. Consiste en inyectar una solución gaseosa que se adhiere a las paredes, cierra y cura la variz. En varices más finas se utiliza la crioesclerosis, en la que se introducen unas sustancias a menos 42 grados centígrados, que destruyen las células de la pared interna de las venas.

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