Un periodo transitorio

Las universidades públicas valencianas ocuparán buena parte del curso que ahora se inicia en una actividad 'reconstituyente'. La redacción de unos nuevos estatutos, para cumplir las directrices de la Ley Orgánica de Universidades, es tarea ineludible, tras haberse celebrado las pertinentes elecciones a claustro a finales del curso pasado. En ello estarán todas las universidades menos la Miguel Hernández, a punto de embarcarse en el proceso constituyente que la llevará a su mayoría de edad tras cinco años tutelada por la Generalitat, con la elección, primero, del Claustro constituyente, del Con...

Las universidades públicas valencianas ocuparán buena parte del curso que ahora se inicia en una actividad 'reconstituyente'. La redacción de unos nuevos estatutos, para cumplir las directrices de la Ley Orgánica de Universidades, es tarea ineludible, tras haberse celebrado las pertinentes elecciones a claustro a finales del curso pasado. En ello estarán todas las universidades menos la Miguel Hernández, a punto de embarcarse en el proceso constituyente que la llevará a su mayoría de edad tras cinco años tutelada por la Generalitat, con la elección, primero, del Claustro constituyente, del Consejo de Gobierno provisional a continuación y, finalmente, del rector que presidirá la institución en el siguiente cuatrenio.

La Miguel Hernández estrenará los primeros estatutos de su corta historia y vivirá su primer proceso electoral. Las demás sólo tendrán nuevas elecciones si su claustro así lo decide. Se trata de una incógnita a despejar, pero la cuestión ahora, en cada caso, es si los estatutos se reforman a fondo o si, simplemente, se realizan las imprescindibles adaptaciones a la nueva situación legal. Pero el plazo es corto y el avance en los nuevos estatutos no puede ser muy rápido debido a que, en el nuevo marco normativo, hay varias cuestiones no resueltas ni desarrolladas legalmente, como por ejemplo las relativas a la creación de centros o los regímenes de dedicación a la docencia, cuestiones que han de regularse estatutariamente.

En este y en otros sentidos se dibuja en el horizonte un curso transitorio, marcado en parte, como subrayaba irónicamente el rector Francisco Tomás, 'por las transitorias de la LOU' y pendiente en parte del desarrollo estatal y autonómico de la ley, hasta el punto de que las universidades no pueden fichar nuevos profesores en tanto no se publique el decreto valenciano que regula las nuevas figuras contactuales de la LOU. Un curso incierto también por lo que se refiere a la evaluación y acreditación del profesorado, con una comisión autonómica y una agencia estatal, ya creadas, encargadas de idéntico cometido, aunque bajo regímenes jurídicos distintos: la primera depende de la Generalitat y la segunda de una fundación. Transitorio será también el curso por la finalización del Plan Plurianual de Financiación en el 2003. 'Si el Gobierno mantiene el espíritu de diálogo con las universidades', señalaba el rector de la de Valencia, 'sería bueno plantear ya algún encuentro para ir hablando de las directrices del próximo'. Concluye también el Plan de Inversiones y las universidades tendrán que arreglárselas, a partir del año que viene, con la financiación ordinaria para futuras infraestructuras.