DIADA DEL ONZE DE SETEMBRE

Flecos de la ilegalización de Batasuna

La iconografía radical vasca llena los actos del Fossar de les Moreres - El ex senador Lluís Maria Xirinacs se declara en un mitin 'amigo de ETA'

El Fossar de les Moreres se convirtió ayer en un mercadillo con todos los colores del independentismo. No faltaban senyeres estelades de precios variables. Por ejemplo, la asociación Escamots Catalans -partidarios confesos de que la selección española de fútbol pierda hasta en los entrenamientos- ofrecían una bandera independentista junto con otra de Sant Jordi -la de la cruz roja sobre fondo blanco- por 10 euros. Los de Estat Català, al lado, vendían en tela de más calidad una bandera catalana de tamaño mediano por siete euros. Había camisetas con la leyenda 'l'autonomia que ens...

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El Fossar de les Moreres se convirtió ayer en un mercadillo con todos los colores del independentismo. No faltaban senyeres estelades de precios variables. Por ejemplo, la asociación Escamots Catalans -partidarios confesos de que la selección española de fútbol pierda hasta en los entrenamientos- ofrecían una bandera independentista junto con otra de Sant Jordi -la de la cruz roja sobre fondo blanco- por 10 euros. Los de Estat Català, al lado, vendían en tela de más calidad una bandera catalana de tamaño mediano por siete euros. Había camisetas con la leyenda 'l'autonomia que ens cal es la de Portugal'. En una esquina de Santa Maria del Mar, asomaba el siniestro internacionalismo del 'presidente Gonzalo'. Una camiseta plasmaba sobre tela el rostro de Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso, de Perú. El precio, según el vendedor, dependía del comprador: si era para llevarla puesta, seis euros; si la quería como material de coleccionista, el precio era el doble.

La diputada radical vasca Jone Goiricelaia tuvo un recibimiento entusiasta

Una de las camisetas que más éxito cosecharon fue la que llevaba la leyenda 'jo també sóc de Batasuna'. Y es que la sombra de la ilegalización de esa polémica formación vasca se convirtió en uno de los ejes de la jornada que celebraron como cada año los sectores más radicales del independentismo. La formación vasca ha sido siempre un referente para sus homólogos catalanes, que envidian la fuerza política de Batasuna -17.000 votos en Cataluña en las pasadas elecciones europeas-, aunque no siguen sus pasos en lo que a vinculación o apoyo a una organización terrorista se refiere.

Y en ese contexto se enmarcó el acto organizado por la Comissió Independentista 25 anys del Fossar de les Moreres, en el que tomó la palabra el ex senador Lluís Maria Xirinacs. El que fuera miembro de la Cámara alta tras las elecciones de 1977 pronunció -a título personal, según recalcó para desvincular a los organizadores- un discurso en el que se declaró 'amigo de ETA y de Batasuna'. 'Y si eso me cuesta la cárcel, no importa', añadió.

Xirinacs, antiguo pacifista, dijo que 'ETA pone bombas, pero avisa, porque lo que no se dice del caso Hipercor es que ETA avisó', destacó entre los aplausos de los asistentes. 'Estoy con los pies sobre huesos de terroristas', dijo el que ex sacerdote, refiriéndose a que se hallaba donde están enterrados los defensores de Barcelona del ataque de Felipe V en 1714. 'Son terroristas porque lucharon por su país con las armas, como lo hace ETA', agregó el ex senador, después de exponer su visión de lo que debe ser una nación: 'Un pueblo que no aspira a la independencia o es infantil o es esclavo'. Y agregó: 'Quien no es independentista no lo es por ignorancia o por malicia', tras lo cual subrayó que 'con los primeros hay que hacer pedagogía, pero a los maliciosos hay que combatirlos'.

Mucho más cauta se mostró Jone Goiricelaia, parlamentaria autonómica de la ilegalizada Batasuna, que arrancó grandes aplausos de un público que hacía ondear banderas catalanas e ikurriñas. A unos cien metros y a la misma hora, otro colectivo independentista lanzaba proclamas. Los mítines se celebraban simultáneamente, en una muestra de que la denostada competitividad ha cuajado incluso entre los radicales, porque quien asistía a un acto no podía estar presente en el de los vecinos. Los actos de ambos entarimados concluyeron sin incidentes -como cada año- y entre pancartas tan variopintas que pedían desde una 'Catalunya comunista' hasta, ya para más eruditos, 'esborrem el Tractat dels Pirineus'.

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