Tibia condena árabe de la acción española en el islote Perejil
Marruecos obtuvo ayer una tibia solidaridad de la Liga Árabe y de la Unión del Magreb Árabe, una organización que reagrupa a cinco países norteafricanos, entre los que figura Argelia.
Amr Mussa, secretario general de la Liga Árabe, pidió al Gobierno español que 'retire a sus fuerzas' del islote, pero resaltó a continuación los lazos de amistad de España con los árabes. 'La solidez de la relación hipano-árabe debe de permitir superar estas divergencias que conviene resolver amistosamente', añadió.
Lahbib Bulaaras, secretario general de la Unión del Magreb Árabe, hizo también públi...
Marruecos obtuvo ayer una tibia solidaridad de la Liga Árabe y de la Unión del Magreb Árabe, una organización que reagrupa a cinco países norteafricanos, entre los que figura Argelia.
Amr Mussa, secretario general de la Liga Árabe, pidió al Gobierno español que 'retire a sus fuerzas' del islote, pero resaltó a continuación los lazos de amistad de España con los árabes. 'La solidez de la relación hipano-árabe debe de permitir superar estas divergencias que conviene resolver amistosamente', añadió.
Lahbib Bulaaras, secretario general de la Unión del Magreb Árabe, hizo también público un comunicado en el que lamenta 'la ocupación por las fuerzas militares españolas' y pide que 'prevalezca la sabiduría para circunscribir la crisis de manera que se preserven los intereses comunes de ambas partes'.
A diferencia de Mauritania, que ha condenado explícitamente la iniciativa española, Argelia, otro vecino de Marruecos, se abstuvo de hacerlo. La televisión pública y oficialista argelina dio cuenta ayer de lo sucedido sin añadir comentario alguno.
El martes, horas antes de la intervención española, el ministro adjunto de Asuntos Exteriores argelino, Abdelkader Messahel, sí declaró que su Gobierno rechazaba la política de hechos consumados, en una clara alusión a Marruecos.
Rabat envió el jueves pasado a un puñado de hombres armados para que se instalasen permanentemente en el islote de Perejil y cuatro días después, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, afirmaba en el Congreso que España rechazaba la política de hechos consumados.
La mayoría de los países árabes han optado por dejar a la Liga Árabe la formulación de una condena y casi ninguno se ha manifestado por su cuenta.