Un peñón deshabitado que fue refugio de contrabandistas

El islote de Perejil (latitud 35º Norte y longitud 5º Oeste) está situado entre las puntas de Almanza y Leona y separado del continente africano por un canal de apenas media milla. En la actualidad se encuentra deshabitado, sólo ocasionalmente visitado por submarinistas deportivos. La última ocupación de este islote, también conocido como Coral, fue española, cuyas fuerzas militares se retiraran ya comenzando los años sesenta, dentro del proceso de descolonización de Marruecos. Sus últimos inquilinos, un destacamento de la Compañía de Mar formado por un cabo y cuatro soldados, que dependían de...

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El islote de Perejil (latitud 35º Norte y longitud 5º Oeste) está situado entre las puntas de Almanza y Leona y separado del continente africano por un canal de apenas media milla. En la actualidad se encuentra deshabitado, sólo ocasionalmente visitado por submarinistas deportivos. La última ocupación de este islote, también conocido como Coral, fue española, cuyas fuerzas militares se retiraran ya comenzando los años sesenta, dentro del proceso de descolonización de Marruecos. Sus últimos inquilinos, un destacamento de la Compañía de Mar formado por un cabo y cuatro soldados, que dependían de la Capitanía Militar del Norte de África.

El islote, donde se consideraba que estaba una de las columnas de Hércules, tiene forma triangular y su máxima longitud es de una milla. Cuenta con una enorme cueva con el tamaño suficiente como para albergar a 200 personas. El fondeadero del peñón ha sido tradicionalmente usado como refugio de embarcaciones de pesca ante súbitas llegadas del mal tiempo, pero también por contrabandista, según la historia de la roca que relata Wenceslao Segura González.

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