ELECCIONES LEGISLATIVAS EN FRANCIA

Una astronauta en el Ejecutivo

Al margen de las competencias profesionales atribuidas a la médica y astronauta Claudie Haigneré, de 45 años, el nombramiento de esta mujer como ministra de Investigación del Gobierno francés ha recordado de repente a los franceses que tienen una astronauta-emblema y, tal vez, soñar un poco con la reanudación de esa grandeur que estaba muy de capa caída.

Su vocación nació en 1969, cuando tenía 12 años y vio en televisión los primeros pasos del hombre en la Luna. En 1985 presentó su candidatura al Centro Nacional de Estudios Espaciales y en los noventa fue admitida en el entrenami...

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Al margen de las competencias profesionales atribuidas a la médica y astronauta Claudie Haigneré, de 45 años, el nombramiento de esta mujer como ministra de Investigación del Gobierno francés ha recordado de repente a los franceses que tienen una astronauta-emblema y, tal vez, soñar un poco con la reanudación de esa grandeur que estaba muy de capa caída.

Su vocación nació en 1969, cuando tenía 12 años y vio en televisión los primeros pasos del hombre en la Luna. En 1985 presentó su candidatura al Centro Nacional de Estudios Espaciales y en los noventa fue admitida en el entrenamiento de cosmonautas rusos en la Ciudad de las Estrellas, de Moscú.

Era miembro del cuerpo francés de astronautas cuando fue designada suplente de su futuro marido, Jeran-Pierre Haigneré, para el vuelo franco-ruso Altaïr, a bordo de la antigua estación espacial Mir. Después fue designada astronauta titular de la misión Casiopea y eso le permitió pasar dos semanas del verano de 1996 en la Mir, dedicada a efectuar experiencias médicas, biológicas y tecnológicas. Posteriormente fue de nuevo astronauta suplente en la misión Perseus.

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En enero de 2001 se trasladó a Moscú para participar en la misión Andrómeda, que le permitió convertirse en la primera francesa que descubrió la nueva Estación Espacial Internacional, donde llevó a cabo un programa experimental de ocho días. Fue su segundo vuelo espacial y la primera mujer que se dirigió a bordo de la nueva estación. También puede proclamarse la primera europea occidental declarada apta para las funciones de comandante de los vuelos Soyuz.

La preparación para tan apasionante vida comenzó con ocho años de trabajo como médica en la clínica de reumatología. Después, el espacio; y ahora, un despacho ministerial. Además, Claudie Haigneré es madre de una niña de cuatro años y, en los ratos libres, pinta y esculpe. Su amigo Jacques Chirac ha querido aportar con ella uno de sus pequeños toques maestros, una pizca de encanto para su nuevo Gobierno.

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