Reportaje:

Reencarnación material

Ebrero presenta su última colección de muebles fabricados con desechos del Cabo de Gata

El alma de los objetos, como la misma alma humana para hinduistas o budistas, manifiesta una actividad cíclica: después de haber servido en un continente y bajo una apariencia determinada, a la muerte de éste atraviesa un periodo sin forma ni utilidad para luego llegar a las manos de Rafael Ebrero (Córdoba, 1962) y volver a encarnarse renaciendo con un nuevo objeto.

Por eso existen balizas y pivotes de señalización de carretera que son lámparas, bombos de lavadora que hacen de base de mesitas luminosas para salas de estar, llantas de automóviles que sirven de pies para un sólido banco, ...

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El alma de los objetos, como la misma alma humana para hinduistas o budistas, manifiesta una actividad cíclica: después de haber servido en un continente y bajo una apariencia determinada, a la muerte de éste atraviesa un periodo sin forma ni utilidad para luego llegar a las manos de Rafael Ebrero (Córdoba, 1962) y volver a encarnarse renaciendo con un nuevo objeto.

Por eso existen balizas y pivotes de señalización de carretera que son lámparas, bombos de lavadora que hacen de base de mesitas luminosas para salas de estar, llantas de automóviles que sirven de pies para un sólido banco, depósitos de aspiradoras que hacen las veces de pragmáticos cubos de basura con ruedas o aislantes del tendido eléctrico que son portavelas. Estos son los inventos, o reinventos, de un enamorado del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar que eligió el entorno protegido como lugar de residencia allá por 1994.

Desde entonces, y con una dilatada experiencia en el diseño de muebles de caña y bambú y en el interiorismo de cafeterías y comercios, arrancó su proyecto del reciclaje. 'Empecé aplicando todo lo que tengo para mí mismo y descubrí que el material reciclado está presente en todas partes, tanto en las cosas que arroja el mar como en las basuras encontradas en el Parque', explica el artista.

Su abanico de materias primas incluye las maderas utilizadas anteriormente como premarcos de puertas o embalajes, que él cepilla y pule para después aplicarles anilina y cera; aislantes de alta tensión abandonados en caminos bajo el tendido eléctrico, bien de porcelana, de cristal o de resina; hierros obtenidos de desechos ferroviarios y todo tipo de metales aportados por el infinito mundo del motor. 'No recojo toda la basura. Si veo la pieza la cojo, pero si no, no. Tomo de la basura lo que me sugiere algo. No hay que olvidar que existe todo un submundo detrás de los desechos y mucha gente vive de ello. Y sólo cojo lo que agrede: una lavadora en un badén, el expositor de un tienda o el embalaje del metraje de una película', matiza Ebrero.

La exposición que el Museo de Adra mantiene con sus últimas creaciones hasta el 30 de junio, Arte en defensa del medio ambiente, desglosa en tres apartados sugerencias decorativas a partir de tres fuentes de desecho inagotables: la carretera y lo que ella expulsa -señales de tráfico y elementos varios-, el automóvil y todos su engranajes -zapatas, llantas, chapa o focos- y los elementos sustituidos de manera progresiva en el tendido eléctrico -pasamuros de porcelana, aislantes de cristal, etcétera-.

La economicidad en los procesos de elaboración y la finalidad asignada a cada pieza convierten sus creaciones en elementos únicos y artesanos que, pese al mundo globalizado que envuelve la fabricación en serie y 'sin alma' de los objetos, gritan en cada uno de sus trazos respeto al entorno natural.

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Kioto y protocolos individuales

Las creaciones de Ebrero se enmarcan con fin lucrativo pero 'con una actitud de vida y pensamiento', según el autor, que defiende, por encima de todo, la profesionalidad. 'Hay que ser humilde a la hora de crear', apunta. Por eso, los precios se equiparan a los del mercado. 'Si lo vendemos como una obra de arte se queda en minoría. Si hablamos de economía sostenible, quiero participar, y si me copian, mejor', defiende. Sus planteamientos coinciden con la sostenibilidad medioambiental que desde la Cumbre de Río ha supuesto una mayor implicación institucional en la protección de los recursos naturales. En este sentido, la Comisión Europea plantea estrategias para integrar el medio ambiente en todas sus políticas. Sin ir más lejos, el Protocolo de Kioto es menos ambicioso el objetivo de la UE de reducir en un 15% antes de 2010 las emisiones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Sin embargo, representa un avance en la lucha contra el calentamiento del planeta, ya que incluye objetivos vinculantes de limitación y reducción de gases de efecto invernadero. Pero luchar contra el cambio climático mediante unas directrices internacionales no excluye acciones paralelas coadyuvantes, según Ebrero. Su filosofía de reutilización de plásticos, hierros, maderas o cables contribuye -quizá en una escala apenas perceptible- a aportar el granito de arena personal. 'A veces he estado a punto de comprar material, pero no he llegado a hacerlo nunca. Y me alegro. Sería como desvirtuar el proceso y esta actitud de vida. Por eso, amén de lo que recojo, voy una vez por semana a la ciudad con mi furgoneta y cargo con material. A partir de las doce de la noche el movimiento alrededor de los contenedores de basura y de los grandes almacenes es todo un estudio sociológico', reflexiona Ebrero, que también agradece la labor de 'numerosos amigos' del Cabo de Gata que conocen su actividad y le llevan hallazgos. Sus últimas creaciones muestran una investigación personal de nuevos materiales y propuestas artísticas, pero también una didáctica social ejemplar y necesaria para que los grandes protocolos internacionales se fortalezcan con pequeños compromisos ciudadanos, anónimos y no menos importantes.

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