Reportaje:

La dudosa existencia de Rosa Martín

Una cadena de errores burocráticos que le atribuye a una mujer seis DNI distintos ha convertido su vida en una pesadilla

La vida de Rosa María Martín San José son seis números. Los de los diferentes documentos de identidad que le han adjudicado diversos organismos públicos y bancos. Como, en teoría, cada español sólo puede tener un DNI, vive inmersa en un galimatías burocrático que la ha atrapado en medio centenar de procedimientos judiciales. No le ha servido reclamar en los Ministerios de Interior, Justicia y Trabajo; ni al Defensor del Pueblo y al presidente del Gobierno.

Nadie le da soluciones, pero el caos de números le ha supuesto, por ejemplo, que el jueves vayan a subastar su casa en Madrid porque...

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La vida de Rosa María Martín San José son seis números. Los de los diferentes documentos de identidad que le han adjudicado diversos organismos públicos y bancos. Como, en teoría, cada español sólo puede tener un DNI, vive inmersa en un galimatías burocrático que la ha atrapado en medio centenar de procedimientos judiciales. No le ha servido reclamar en los Ministerios de Interior, Justicia y Trabajo; ni al Defensor del Pueblo y al presidente del Gobierno.

Nadie le da soluciones, pero el caos de números le ha supuesto, por ejemplo, que el jueves vayan a subastar su casa en Madrid porque no pudo oponer otros bienes a un embargo de cuatro millones de pesetas, ya que en el catastro sus propiedades no aparecen con el que se supone que es su carné, sino con otros números. O que le denegaran la ayuda social, al no estar clara su personalidad por la existencia de seis DNI.

Le han denegado la ayuda social porque al tener varios carnés no está clara su personalidad

Una coincidencia de errores burocráticos, mala actuación profesional, lentitud de la justicia y descentralización de las administraciones, que se echan la culpa sobre quién debe asumir los errores, explican su caso.

Rosa María Martín, de 54 años, era una activa empresaria antes de su encuentro con el galimatías que ahora rige su vida. Tenía varias propiedades y compañías y, aunque ahora está separada, vivía con su marido y sus dos hijos cuando, en 1994, decidió comprarse un coche. 'No podemos matricularlo', le dijo el funcionario de Tráfico. 'Usted no existe'.

Su DNI de toda la vida, el 12.384.080, figuraba a nombre de otro. La explicación que le dieron en el Servicio del Documento Nacional, que depende del Ministerio del Interior, es que era víctima de un error de transcripción. Cuando en 1991 se informatizó el sistema de gestión de los carnés salieron a la luz multitud de casos similares. Hasta entonces, los números se asignaban por partidas a cada comisaría, donde se clasificaban en fichas y no por números correlativos, sino por apellidos. Si se repetía un número era imposible de detectar. Pero, además, como la renovación del DNI se hacía en papel -se copiaba a mano el número del carné caducado en una ficha, para luego volverlo a copiar en el nuevo documento- los errores de transcripción fueron frecuentes y se perpetuaron de ficha en ficha.

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Esto es lo que parece que le ocurrió a Martín, a quien asignaron un segundo número. La versión de la Policía es que le devolvieron el que debía haber sido suyo. 'Siempre que hay una duplicidad de DNI, uno de ellos es erróneo', explica el jefe del Servicio del Documento Nacional.

Pero no quedó ahí el error. Con el número nuevo, el 12.384.804, volvió a Tráfico. Allí le anunciaron que también era de otro señor. 'Me dijeron que les diera el documento, que ellos me darían otro nuevo. Pero les pedí un certificado de que yo ya lo había usado, por si tenía algún problema', cuenta.

Y, al fin, le emitieron un tercero, el 12.348.080, con otro certificado en el que se constataba el error. Un número que, según la Policía, debería ser el único asociado a ella.

Pero con el tiempo otros organismos públicos y bancos le adjudicaron otros tres. No está claro si por equivocación o por mala fe -se está dirimiendo en los tribunales-, pero a Martín el Inem le ingresó el subsidio de desempleo atribuyéndole el número 112.384.080; Caja Madrid le interpuso una demanda con el 93.644, y en marzo pasado la Diputación Provincial de Málaga le pasó con el 12.234.080 el recibo del impuesto de bienes inmuebles. En los ficheros policiales esos números pertenecen a otras personas.

Para rizar el rizo, los seis números aparecen activos en los ficheros del Inem. Esta institución emitió en noviembre de 2001 cinco certificados de prestaciones a su nombre, pero con diferentes números. El pasado abril los repitió y el 10 de mayo volvió a emitirlos, aunque esta vez ya eran seis. Con ellos, Martín intentó demostrar que no había cobrado salario, para recibir la ayuda social. Y fueron la excusa para que se la denegaran.

El Servicio del DNI admite su error inicial, pero no se responsabiliza de que éste se mantenga. 'El problema procede de un error de la Administración. Pero al no borrar los DNI inactivos ha generado nuevas relaciones', asegura el jefe de la unidad. Además, sostiene que por dos veces se ha dado aviso a la Seguridad Social, Hacienda y la Dirección General de Tráfico para que borraran los números que ya no valen. Les consta también que Martín ha notificado el número que le corresponde a las empresas y servicios con los que tiene relación. Sin embargo, la Policía no tiene competencia para actuar si no se borran esos datos. 'Si algo está mal en un fichero y lo detectas, no puedes mantenerlo. Lo normal es comunicar cualquier anomalía al ente que le corresponde, en este caso a Interior', señala el jefe de la unidad sobre la permanencia de los números en el fichero de la Seguridad Social, el único en el que se ha detectado el error.

En el Inem, que trabaja con ese fichero, no son de la misma opinión. 'Lo que hemos hecho es comunicarlo a la Gerencia de Informática de la Seguridad Social', explica la directora provincial de Madrid, Virginia Barranco, quien asegura que en el fichero sólo hay dos números asociados a Martín. Eso, a pesar de los certificados emitidos y de que uno de sus funcionarios mostró a este periódico cómo aparecía en seis ocasiones.

No obstante, una portavoz del Ministerio de Trabajo adelantó el viernes que se va a abrir una investigación interna: 'En un fichero con tres millones de registros puede haber un error humano'.

Mientras espera sentencias y soluciones, Martín se queja de que todos pensaran que la culpa era sólo suya. 'Hasta mis hijos creían que estaba loca'.

Rosa María Martín, con su DNI y los seis certificados que le atribuyen seis números diferentes.BERNARDO PÉREZ

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