Reportaje:

Cuentos para dejar boquiabierto

La jornada más concurrida de la Fira del Llibre convocó a una variopinta lista de autores

Varios niños gritaron al unísono: 'El lleó, el lleó'. Repondían a la pregunta sobre el rey de la selva que formuló Llorenç Giménez en medio del relato que abrió la rueda de cuentacuentos que se celebró ayer por la tarde en la Fira del Llibre de València. Mucha gente. Tanta que incluso Llorenç sugirió con humor la conveniencia de haber cobrado una entradita, mientras sus compañeros Vicent Cortés y Carlos Cano sonreían. Y el público también, porque daba muestras de pasárselo en grande con estos tres cuentacuentos, que tienen la facultad de dejar a un niño -y no tan niño- boquiabier...

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Varios niños gritaron al unísono: 'El lleó, el lleó'. Repondían a la pregunta sobre el rey de la selva que formuló Llorenç Giménez en medio del relato que abrió la rueda de cuentacuentos que se celebró ayer por la tarde en la Fira del Llibre de València. Mucha gente. Tanta que incluso Llorenç sugirió con humor la conveniencia de haber cobrado una entradita, mientras sus compañeros Vicent Cortés y Carlos Cano sonreían. Y el público también, porque daba muestras de pasárselo en grande con estos tres cuentacuentos, que tienen la facultad de dejar a un niño -y no tan niño- boquiabierto, sin necesidad de consolas ni pantallas de televisión.

Ríos de personas fluían por el centenar de casetas de la Fira. Ya se sabe que día festivo, entre semana y con sol radiante es igual a éxito de público. Y los autores se benefician de ello. El que más firmó fue Carlos García-Calvo, periodista de la vida social, al lado del también informador Joan M. Oleaque, especialista en la crónica de sucesos. Curiosa pareja coincidió en la caseta de organización. Mientras el primero estampaba su firma en numerosos ejemplares de Cuéntaselo a Rosi, el segundo lo hacía en Des de la tenebra. Un descens al cas Alcàsser. '¿Dónde está Anglés?', fue una de las cuestiones de complicada resolución que se escucharon. Javier Sarti y Álvaro García, entre otros, también pasaron por ahí con sus libros de temática variopinta. Se dejó ver el actor Pep Rubianes, aunque lo hizo de manera particular. Al igual que días antes Andreu Buenafuente, quien, sin embargo, tuvo que ir firmando sus monólogos durante su paseo cuando fue identificado.

Del contacto entre autores y lectores surgen pequeñas historias. Como la mujer que se acercó ayer a la caseta de la editorial valenciana Media Vaca, premiada en la prestigiosa Feria de Bolonia por sus libros ilustrados. Quería que el ilustrador y escritor de Una temporada en Calcuta, Lluïsot, le dedicara un ejemplar a su hija que nació en la ciudad india. Otro se acercó para recordar brevemente su paso como voluntario. Autores, libros y presentaciones se sucedieron. El fantasma de la torre, de Francesc Gisbert; ¿Qué es la anarquía?, de Luigi Fabbri, y Un país de ciutats o les ciutats d'un país, de Josep Sorribes, también fueron protagonistas.

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