Desarticulada en Pamplona una red internacional de piratería de compactos
Una empresa navarra de 60 trabajadores era la tapadera que utilizaba una red internacional dedicada a la reproducción y distribución de CD y DVD piratas a diversos países de la Unión Europea y que ha sido desarticulada por la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Judicial de Holanda.
La red, seis de cuyos miembros han sido detenidos, distribuyó entre 1998 y 2001 más de 1,1 millones de discos piratas fabricados en Pamplona, cuya venta les reportó más de 23 millones de euros de ganancias. En la operación se han intervenido 246.000 discos compactos ilegales, tanto de música y ...
Una empresa navarra de 60 trabajadores era la tapadera que utilizaba una red internacional dedicada a la reproducción y distribución de CD y DVD piratas a diversos países de la Unión Europea y que ha sido desarticulada por la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Judicial de Holanda.
La red, seis de cuyos miembros han sido detenidos, distribuyó entre 1998 y 2001 más de 1,1 millones de discos piratas fabricados en Pamplona, cuya venta les reportó más de 23 millones de euros de ganancias. En la operación se han intervenido 246.000 discos compactos ilegales, tanto de música y software como de juegos.
Los detenidos son cinco holandeses, arrestados en su país, y el gerente de la firma, el español R.F.J., capturado en Pamplona.
La investigación se inició en 1999, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de la producción en Navarra de los discos ilegales. En junio de 2001, fue localizado en Holanda un camión que transportaba desde Pamplona más de 5.000 compactos ilegales. Una comisión rogatoria internacional de Interpol enviada por un juzgado de Utrech (Holanda) puso a los investigadores sobre la pista de la empresa afincada en Navarra, que producía 23.000 unidades mensuales de discos compactos y DVD.
La firma tenía licencia legal de actividad y sus propietarios son navarros. La Guardia Civil registró las instalaciones semanas atrás y confirmó la sospecha de que carecían de licencia para la reproducción de sus productos, por lo que a los dirigentes de la red se les imputa un delito contra la propiedad intelectual y asociación ilícita. Ese día se precintaron 241.000 compactos bajo el título This is reggae music que habían sido pirateados en unas instalaciones industriales que, según la Guardia Civil, tenían un altísimo nivel tecnológico.
Los discos y DVD se enviaban a Holanda al precio de 21 euros la unidad. Desde ese país se distribuían por toda Europa.