Reportaje:

El visón se refugia en Navarra

Los 700 ejemplares de la especie constituyen la única población en crecimiento de Europa

Navarra alberga en la actualidad la única población de visón europeo con capacidad de expansión y desarrollo de toda Europa. Los 700 ejemplares que constituyen la población del visón europeo en Navarra configuran el 64% del total nacional y, frente a la drástica regresión que sufren en todo el continente, en la Comunidad foral, según los estudios del departamento de Medio Ambiente del Gobierno navarro, se produce el caso contrario: la colonia de este pequeño carnívoro semiacuático está en continuo desarrollo y ya ha colonizado la totalidad de la cabecera del valle del Ebro.

El visón eur...

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Navarra alberga en la actualidad la única población de visón europeo con capacidad de expansión y desarrollo de toda Europa. Los 700 ejemplares que constituyen la población del visón europeo en Navarra configuran el 64% del total nacional y, frente a la drástica regresión que sufren en todo el continente, en la Comunidad foral, según los estudios del departamento de Medio Ambiente del Gobierno navarro, se produce el caso contrario: la colonia de este pequeño carnívoro semiacuático está en continuo desarrollo y ya ha colonizado la totalidad de la cabecera del valle del Ebro.

El visón europeo es junto al lince ibérico el carnívoro más amenazado del Paleártico. En España, el primer visón fue detectado en Tolosa (Guipúzcoa) en 1951. Durante el siglo XIX, el visón europeo comenzó a sufrir una dura regresión, que se acentuó en el siglo XX. En Suiza dejó de existir en 1887. En Holanda en 1915 y, progresivamente, desapareció de toda Europa central y de gran parte del territorio de la antigua Unión Soviética. La especie está catalogada como vulnerable en el Catálogo de Especies Amenazadas de Navarra.

El primer ejemplar del pequeño carnívoro en España se detectó en Tolosa en 1951

De hecho, hoy en día tan sólo sobreviven dos poblaciones separadas por más de 2.500 kilómetros de distancia. La más importante se encuentra en Rusia, mientras que la otra ocupa una pequeña área entre el suroeste de Francia y el norte de España. Los visones sólo viven en Navarra, Euskadi, La Rioja, Burgos y Soria, con una población total estimada de 1.100 ejemplares.

La primera constancia de la existencia de visón europeo en Navarra data también de los años cincuenta, recién llegados los primeros ejemplares desde Francia. Los investigadores han podido determinar tres causas principales de su regresión: la enfermedad aleutiana, la alteración de su hábitat natural (pequeños cursos de agua) y la competencia con el visón americano, su mayor riesgo. Su pariente del otro lado del Atlántico, de mayor tamaño, relega al autóctono en la época de reproducción, pero los fetos híbridos no llegan a nacer. Además, le arrebata sus madrigueras en las vegetaciones de ribera.

De momento, según los investigadores de Medio Ambiente, Navarra permanece ajena a la enfermedad aleutiana, aunque en la depresión del Bidasoa se han avistado algunos ejemplares de visón americano, procedentes de poblaciones asentadas en Euskadi. La industria peletera y los accidentes vinculados a su explotación comercial generaron las colonias salvajes, cuya extensión es controlada en Navarra mediante una técnica de trampeo selectivo.

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Nocturno y solitario

De carácter nocturno y solitario, el visón europeo mide unos 50 centímetros y es de color marrón uniforme, excepto una parte de su hocico, que es de color blanco. Puede confundirse fácilmente con el visón americano o con el turón. Se alimenta de los vertebrados que viven en el agua o sus orillas, como ratas de agua, ranas, cangrejos, aves o peces, aunque se ha constatado que llega a alimentarse de gallinas y patos de granjas avícolas.

Los técnicos forestales navarros trabajan en la conservación de las vegetaciones de ribera, evitando la canalización de los ríos, y en el control de la contaminación de las aguas, además de velar para que las poblaciones de ambos visones no se mezclen en un mismo área de distribución.

De momento, el esquivo carnívoro se expande por toda Navarra, a excepción de los valles pirenaicos. El pasado año los guardas del Área Natural Recreativa de Orgi, un bosque muy visitado cercano a Pamplona, constataron la presencia de varios ejemplares en la propia reserva y en ríos de Ultzama.

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