Una muestra reconstruye el itinerario vital de Blas de Otero con sus imágenes familiares

'El 15 de marzo era siempre un día feliz', decía ayer Sabina de la Cruz, la compañera del poeta Blas de Otero (Bilbao, 1916-Madrid, 1979) desde 1968 hasta su muerte y la máxima especialista en su obra, al rememorar cómo festejaban juntos la fecha de su cumpleaños, paseando por el parque del Retiro, en Madrid y buscando juntos un regalo. Ayer, para celebrar el aniversario del nacimiento del poeta, se inauguró en la Biblioteca de Bidebarrieta, en Bilbao, la exposición Blas de Otero, geografía e historia, que propone a través de una docena de paneles un viaje por los lugares más importante...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

'El 15 de marzo era siempre un día feliz', decía ayer Sabina de la Cruz, la compañera del poeta Blas de Otero (Bilbao, 1916-Madrid, 1979) desde 1968 hasta su muerte y la máxima especialista en su obra, al rememorar cómo festejaban juntos la fecha de su cumpleaños, paseando por el parque del Retiro, en Madrid y buscando juntos un regalo. Ayer, para celebrar el aniversario del nacimiento del poeta, se inauguró en la Biblioteca de Bidebarrieta, en Bilbao, la exposición Blas de Otero, geografía e historia, que propone a través de una docena de paneles un viaje por los lugares más importantes de su vida y sus obras. 'Podemos recordar a Blas en la seguridad de que los poemas pueden hacer felices a los hombres', añadió De la Cruz. 'La poesía sirve para evitar el dolor, para luchar por la paz y la libertad, y para expresarse'.

La exposición, marcada más por un tono divulgativo que por la profundización en el perfil literario de Blas de Otero, revela imágenes tomadas del álbum privado de la pareja. Once fotografías ampliadas van mostrando las distintas etapas vitales del poeta, en un recorrido por distintas ciudades, que es acompañado por poemas alusivos a cada momento y breves reseñas biográfica. El viaje por la vida de Otero que ha reconstruido el comisario de la exposición, el escritor José Fernández de la Sota, une su vida y su obra. 'Ahora, pensaría que su pueblo le vuelve a acoger con más cariño y ternura', señaló De la Cruz.

El pintor y escenógrafo José Ibarrola ha diseñado la exposición. Ibarrola ha colocado las fotografías en un marco de metal oxidado, cargado de significado. 'El acero corten se oxida para proteger su propia fortaleza, como Blas, el poeta de hierro', explicó. 'Las fotos recorren su vida y trasmiten la discreción y sinceridad del documento espontáneo'.

Un retrato del poeta, sobre el que se ha escrito el título de su libro más conocido Pido la paz y la palabra, publicado en 1955, preside la muestra. El primer panel recoge una fotografía de Bilbao, la ciudad natal del escritor, en 1916, un lugar del que se marchaba y al que periódicamente volvía. Siguen las imágenes de Madrid, donde estudió Bachillerato, el Bilbao de posguerra y sus visitas a los campos de Castilla y a París en los años 50.

También se encuentra en la exposición el testimonio gráfico de sus viajes a Barcelona, donde mantuvo contactos con los escritores Carlos Barral y José Agustín Goytisolo, y a países como Cuba, la URSS y China.

Figuran los grandes escenarios de la vida de Blas de Otero, pero también los más cercanos a la vida familiar, como la fotografía tomada en Orozko, que evoca los momentos pasados por el poeta en el huerto de su abuela.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Ibarrola ha organizado la exposición sobre sus propios recuerdos de la figura del escritor, con quien convivió en su infancia. 'Para mí no era el poeta; era el tío Blas, alguien muy cercano a mi familia, que en casa me hacía juegos de manos', apuntó. 'Años más tarde descubrí que era poeta, uno de los grandes suministradores de emociones'. En su diseño de la exposición, Ibarrola ha querido reflejar al 'poeta de hierro', duro y fuerte, pero también el rostro íntimo que se ha rescatado del álbum de fotos de la familia.

Término en Madrid

El periplo vital de Otero se cierra con las imágenes y los escritos de la etapa vivida en Madrid desde 1968 hasta su muerte 11 años más tarde. 'Es un viaje que no termina en Madrid', señaló el comisario de la exposición. 'Con su palabra, continúa'.

Las imágenes rodean unas pequeñas vitrinas que recogen manuscritos del poeta, primeras ediciones de sus obras, traducciones de su poesía a otros idiomas, y algún expediente de la censura de la época. Y junto a esos documentos y libros, su máquina de escribir, una modesta Olivetti portátil, rescatada entre los pocos objetos apegados a la vida del escritor.

La inauguración de la exposición precede al congreso internacional sobre el poeta que se desarrollará en Bilbao entre el lunes y el miércoles próximos, con la presentación de poemas inéditos y el testimonio de amigos cercanos del poeta, entre otras aportaciones. La clausura correrá el día 20 a cargo de los escritores José Saramago, premio Nobel de Literatura, y Bernardo Atxaga.

Archivado En