Desfachatez

De tremenda desfachatez, cara dura y tomadura de pelo a los ciudadanos se puede calificar la decisión de la Asamblea de Madrid de aprobar con carácter retroactivo cobrar la pensión máxima de los diputados regionales. Para subidas de sueldo fuera de cualquier recomendación de contención, pensiones y prebendas, de nuestros representantes políticos (PP, PSOE e IU) es curiosa la unanimidad.

La misma unanimidad para, por las mismas razones, no reconocer el pacto del Gobierno-sindicatos en cuanto a salarios de los funcionarios.

Otra vez vemos impasibles cómo sigue habiendo españoles de...

De tremenda desfachatez, cara dura y tomadura de pelo a los ciudadanos se puede calificar la decisión de la Asamblea de Madrid de aprobar con carácter retroactivo cobrar la pensión máxima de los diputados regionales. Para subidas de sueldo fuera de cualquier recomendación de contención, pensiones y prebendas, de nuestros representantes políticos (PP, PSOE e IU) es curiosa la unanimidad.

La misma unanimidad para, por las mismas razones, no reconocer el pacto del Gobierno-sindicatos en cuanto a salarios de los funcionarios.

Otra vez vemos impasibles cómo sigue habiendo españoles de primera y de segunda clase (también los hay de tercera, los trabajadores de las empresas de trabajo temporal, y de cuarta, los inmigrantes y parados).

Con unos sindicatos que se pasan el tiempo en la inopia, discutiendo nimiedades y no centrándose en lo que debe ser su trabajo, la defensa de los intereses de todos los trabajadores, y una oposición (PSOE) que se hace oposición a sí misma, un Gobierno (PP) que sólo se mira al ombligo y una izquierda (IU) ligth preocupada únicamente por quién ocupa la titularidad y perdida en discusiones bizantinas, estamos arreglados.

Pero eso sí, a la hora de apretarse el cinturón, de aplicar el redondeo y exprimir al personal, mirando a otra parte por si acaso, no hay problema.

Se tiene la complacencia incluso de nuestra denostada justicia (ojo, justicia para unos, porque para los más es simplemente injusticia). Que no nos pase ná.-