1. ¿Hay una identidad hispana determinada por la lengua? 2. ¿Desaparecen los rasgos locales en la literatura latinoamericana? | HISPANOS, CAMBIO DE VÍA

JORGE EDUARDO BENAVIDES

1. Pienso que sí: el idioma español, ese nervio común que hace de nuestra cultura un todo más coherente que el que atraviesa la propia España, es el principal legado de ésta. Nuestra identidad está signada por una lengua común, al igual que por la historia y nuestra cultura: eso se advierte de inmediato sobre todo en nuestros escritores, para quienes las peculiaridades lingüísticas del territorio del que se nutren son sólo eso: pequeños accidentes que configuran la geografía creativa que va desde el sur de Río Grande hasta la Patagonia, y que incluye también a la literatura que están ha...

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1. Pienso que sí: el idioma español, ese nervio común que hace de nuestra cultura un todo más coherente que el que atraviesa la propia España, es el principal legado de ésta. Nuestra identidad está signada por una lengua común, al igual que por la historia y nuestra cultura: eso se advierte de inmediato sobre todo en nuestros escritores, para quienes las peculiaridades lingüísticas del territorio del que se nutren son sólo eso: pequeños accidentes que configuran la geografía creativa que va desde el sur de Río Grande hasta la Patagonia, y que incluye también a la literatura que están haciendo los hispanos en Estados Unidos. Ellos son respecto a Hispanoamérica lo que fueron los hispanoamericanos para los españoles durante los años sesenta y setenta, al menos en cuestión idiomática, lo que a fin de cuentas condiciona la propia creación literaria.

2. No creo que esos rasgos se hayan perdido: lo que ocurre es que el mundo en las últimas décadas se ha 'encogido' gracias a la revolución tecnológica y eso parece disolver nuestra concepción enciclopedista de nación y de fronteras. Pese a ello, los hispanoamericanos no hemos perdido nuestra rotunda idea de ser partes vinculantes de una cultura común. Pienso que escritores como el boliviano Edmundo Paz Soldán, el peruano Fernando Iwasaki o el venezolano Méndez Guedez -por citar tres ejemplos de escritores hispanoamericanos jóvenes- están trazando un nuevo derrotero narrativo en el que su peculiar forma de desentrañar las claves de nuestro destino común tiene preocupaciones menos folclóricas, pero no por ello menos interesantes o menos locales.

Jorge Eduardo Benavides. (Perú, 1964). Su último libro es Los años inútiles (Alfaguara).

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