OPINIÓN DEL LECTOR

A Luis Manuel Ruiz

Quiero referirme al artículo 'Pepe', escrito por Luis Manuel Ruiz. No me ha parecido, al menos, correcto, aprovecharse del escándalo y la publicidad suscitados por el asunto de José Mantero para atacar a la Iglesia católica y también a tantos que profesamos la misma fe y que aceptamos, por tanto, la moral que se nos enseña.

Dice el articulista que no entiende que gente que respalda la contracepción, el divorcio, la libertad sexual, pueda seguir participando de esa institución... ¿Pero usted cree que participan? ¿De qué forma? Para ser consecuentes con la fe que se profesa hay que acepta...

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Quiero referirme al artículo 'Pepe', escrito por Luis Manuel Ruiz. No me ha parecido, al menos, correcto, aprovecharse del escándalo y la publicidad suscitados por el asunto de José Mantero para atacar a la Iglesia católica y también a tantos que profesamos la misma fe y que aceptamos, por tanto, la moral que se nos enseña.

Dice el articulista que no entiende que gente que respalda la contracepción, el divorcio, la libertad sexual, pueda seguir participando de esa institución... ¿Pero usted cree que participan? ¿De qué forma? Para ser consecuentes con la fe que se profesa hay que aceptar las enseñanzas de la Iglesia, de otro modo sería una caricatura.

Medidas para seguir fracasando

Las medidas dadas a conocer por responsables del Ministerio de Educación sobre cambios en la enseñanza, tanto en los bachilleratos como en la ESO, no van a solucionar los problemas que actualmente tiene planteados la educación española, más bien los va a agravar, aunque momentáneamente tengan el beneplácito de un alto porcentaje del profesorado.

Como leía ayer en la prensa: 'La finalidad última sería endurecer el nivel para subir la calidad', y eso, sinceramente, no se sostiene ni hay argumentos que lo mantengan.

En primer lugar, la reválida al final del Bachillerato, además de ser una desconfianza total hacia el profesorado que dignamente realiza su trabajo docente en esa etapa, es un medio bastante poderoso para garantizar que sólo una élite llegue a la Universidad. Es simplemente engañar a los ciudadanos, cuando se dijo que no se haría. De esta forma se para la masificación (para ellos, para mí es democratización) de las enseñanzas universitarias y se evita -creen ellos- su deterioro. Ahora bien, 'la Reválida no mejora la calidad de la enseñanza, en el mejor de los casos, identifica el nivel de calidad' (César Coll, Universidad de Barcelona).

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En segundo lugar, se va a producir una desvalorización progresiva de la Formación Profesional (FP), en línea con lo que ya han hecho. Precisamente ahora que había comenzado a recuperar su plena dignidad, se sacan lo de los itinerarios segregadores: ¿Es que nadie se acuerda de la experiencia de la LGE del 70? ¿O es eso lo que se quiere: volver a implantar a sabiendas de que no funcionó y que una de las principales críticas era que los alumnos tenían que optar a una edad excesivamente temprana (los 14 años)? Además, ¿quién se atreverá a asesorar a los alumnos hacia un determinado itinerario? ¿A determinar desde los 13 años la vida de los estudiantes? Yo, por supuesto, no, y declaro, desde ahora, mi desobediencia civil en este asunto.

En tercer lugar, aumentar el número de repeticiones por curso (actualmente pueden repetir en nueve años tres veces) no soluciona, en un altísimo porcentaje, los problemas de aprendizaje del alumnado; al contrario, lo único que consiguen es desmotivar más, incrementar los problemas de disciplina y empeorar el ambiente en las clases. ¿Cuántas veces podrán o tendrán que repetir? Si tiene carácter indefinido, ¿qué pasará con 1º de ESO? Si tiene un carácter temporal, el problema se planteará después...

Claro que oyendo a la ministra la cosa queda clara: 'Irán desapareciendo del sistema'. Es decir, serán eliminados por aburrimiento. Licurgo, en la vieja Esparta, lo planteó por una vía más rápida, segura y ceremoniosa.

Para solucionar los problemas de aprendizaje hay otras medidas:

1. Reducir el número de alumnos por unidad o grupo, en Primaria y en Secundaria, en cinco y más en los grupos o unidades que escolaricen alumnos con necesidades educativas especiales. Así haremos efectiva la integración de todos los alumnos.

2. Disminuir el número de grupos y alumnos que un profesor o profesora de Secundaria puede atender. Tanto que gustan los datos internacionales, sepan que la OCDE y la UNESCO recomiendan unos tres grupos y 80 alumnos. Actualmente atendemos entre 120 y 150 y cinco o seis grupos.

3. Aumentar el número de profesores de las áreas socio-lingüística y científico-matemática para atender las necesidades de aprendizaje de alumnos durante la jornada escolar y durante toda la semana a horas determinadas. Esto llevaría a que la Administración, sea cual sea, tuviese que enviar a los centros 2,5 profesores por grupo de alumnos de la ESO. Actualmente manda dos por grupo, como media. Además, se debería permitir la organización de la llamada Diversificación Curricular desde 3º de ESO, dentro de una mayor autonomía de los centros.

Éstas serían algunas medidas. Hay más, pero exigen invertir en educación y eso, desde el año 1995, va para abajo. ¿Está el PP dispuesto a cambiar la tendencia? ¿Están dispuestos el PSOE, IU y otros grupos parlamentarios a presentar sus alternativas a la situación actual y comprometerse formalmente? Criticar es fácil; presentar alternativas, más difícil.- Ramón Barragán Reina. Profesor del IES Carmen Laffón. San José de la Rinconada (Sevilla).

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