Los barceloneses serán indemnizados por los fallos de servicios municipales

Clos encarga a Ernest Maragall un plan para acercarse al ciudadano

Si un ciudadano pide una licencia de obras y tarda más de lo razonable en recibir respuesta, quedará exento de pagar la tasa correspondiente. Ésta es una de las medidas compensatorias que se propone poner en marcha el Ayuntamiento de Barcelona. Para ello, el alcalde, Joan Clos, ha creado un equipo a cuyo frente ha situado al concejal de Hacienda, Ernest Maragall. La idea central es que el ciudadano es un cliente y tiene derechos, aunque la burocracia tradicional no lo reconociera en muchos casos.

El proyecto presentado ayer por el Ayuntamiento de Barcelona se llama Plan de Innovación Mu...

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Si un ciudadano pide una licencia de obras y tarda más de lo razonable en recibir respuesta, quedará exento de pagar la tasa correspondiente. Ésta es una de las medidas compensatorias que se propone poner en marcha el Ayuntamiento de Barcelona. Para ello, el alcalde, Joan Clos, ha creado un equipo a cuyo frente ha situado al concejal de Hacienda, Ernest Maragall. La idea central es que el ciudadano es un cliente y tiene derechos, aunque la burocracia tradicional no lo reconociera en muchos casos.

El proyecto presentado ayer por el Ayuntamiento de Barcelona se llama Plan de Innovación Municipal. Está inspirado en la obra de David Osborne, asesor en materia de administración del ex vicepresidente norteamericano Al Gore. El propio Osborne estuvo ayer en Barcelona para impartir una charla donde expuso sus ideas en materia de reforma administrativa. 'De las burocracias se ha dicho que eran sistemas concebidos por un genio para ser dirigidos por idiotas'. La frase es de Osborne y se halla en su obra La reducción de la burocracia (Paidós). Un sistema heredado del siglo XIX y, en buena parte, inservible en un siglo XXI donde la rapidez que favorecen las nuevas tecnologías crean nuevas demandas en los ciudadanos.

El Gobierno municipal barcelonés está dispuesto a aplicar no pocas de las normas propuestas por Osborne, empezando por la de reconocer los derechos del cliente que es el ciudadano. Así, un fallo de los servicios municipales en la notificación de un tributo no supondrá, como ahora, que el contribuyente tenga que correr para subsanarlo: al contrario, no tendrá que pagarlo.

Esto supone estimular la participación de los ciudadanos en diversos ámbitos, empezando por ofrecerle la posibilidad de relacionarse con el consistorio de forma directa, durante las 24 horas, a través de la red informática.

El municipio ya trabaja en la puesta en marcha de diversas medidas como la creación de una línea que permite realizar hasta 52 trámites, fiscales, urbanísticos o de otro tipo, por Internet. También se creará un registro administrativo electrónico y se admitirá la gestión por esta vía de todos los trámites municipales requeridos tras la transmisión de un bien, cosa que podrá hacerse desde el despacho del notario en el momento de firmar el documento público.

Multas por Internet

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A la inversa, el municipio podrá notificar por vía telemática las multas a empresas y particulares. Los contribuyentes podrán consultar por este método la relación de sus deudas con la hacienda local y modificar los datos incorrectos. También los proveedores podrán consultar la situación de los pagos que aguarda.

El consistorio se obligará a utilizar un lenguaje comprensible en las notificaciones de tasas y tributos y hará facturas ficticias por el coste de servicios que el ciudadano no paga de forma directa como el coste por la reparación de actos incívicos.

Todo ello exige la redacción de un 'código ético del buen gobierno', que se hará con participación ciudadana, en el que se recogerán los plazos razonables de actuaciones municipales, más allá de los cuales el cliente tiene derecho a ser resarcido.

Estas normas no pueden funcionar sin una reforma de la Administración. El municipio ha puesto en marcha un nuevo sistema de contratación de personal y de promoción interna, además de proponerse competir con empresas privadas en la captación o mantenimiento de cargos directivos. Para ello es imprescindible ofrecer incentivos, económicos y de otro tipo. El documento oficial no lo recoge, pero Osborne sostuvo ayer que es posible ofrecer a los funcionarios participación en el ahorro que suponga su mayor entrega. Siempre desde una perspectiva: en la Administración pública hay el mismo número de personas valiosas que en cualquier otro sitio y no tiene porque funcionar peor o ser más cara.

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