DEBATE

El año en que el audiovisual espera asomar la cabeza

La Ciudad del Cine y el 'Libro Blanco' centran el debate

La industria audiovisual es uno de los sectores estratégicos de la economía actual. La Comunidad Valenciana está retrasada. Pero este año será crucial, coinciden en señalar desde la Generalitat hasta los profesionales que han sentado unas bases de diálogo. Se debe dar el paso para no perder el tren, para lanzar y consolidar un sector maltrecho, que asoma poco a poco la cabeza. El Libro Blanco del Audiovisual, una radiografía de la situación y las necesidades del sector, que se presentará próximamente, y la futura Ciudad del Cine de Alicante centran parte de las esperanzas. Pero no todos...

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La industria audiovisual es uno de los sectores estratégicos de la economía actual. La Comunidad Valenciana está retrasada. Pero este año será crucial, coinciden en señalar desde la Generalitat hasta los profesionales que han sentado unas bases de diálogo. Se debe dar el paso para no perder el tren, para lanzar y consolidar un sector maltrecho, que asoma poco a poco la cabeza. El Libro Blanco del Audiovisual, una radiografía de la situación y las necesidades del sector, que se presentará próximamente, y la futura Ciudad del Cine de Alicante centran parte de las esperanzas. Pero no todos comparten que este último gran proyecto pueda incidir en el sector y reclaman, sobre todo, que Canal 9 cumpla su deber.

Cuando se habla del sector audiovisual valenciano las conversaciones suelen derivar hacia Canal 9. Surge entonces el argumento de que otro gallo cantaría si la televisión valenciana apostara de una vez por todas por promover y emitir series de ficción de producción propia para crear y consolidar el tan ansiado tejido industrial. El lamento sigue vigente, pero desde hace poco y con las miras puestas en el futuro, dos proyectos rivalizan con la televisión a la hora de centrar la discusión: el Libro Blanco del Audiovisual y el proyecto de la Ciudad del Cine, o de la Luz. En lo que parece también que existe un gran consenso en todas las instancias afectadas es que este año será crucial. Las expectativas son elevadas. Falta por ver si todo quedará en agua de borrajas como L'Any de l'Audiovisual que declaró las Cortes hace un par de ejercicios y que apenas tuvo trascendencia.

Será un año crucial porque se presentará el libro blanco, un completo diagnóstico de la situación y de las necesidades del sector. La piedra sobre la que se ha de asentar la futura y reclamada Ley del Audiovisual que no se concretará como mínimo hasta la próxima legislatura. Tanto el Gobierno de la Generalitat como los propios profesionales, impulsores de la idea, destacan la importancia de este documento, aunque desde la Administración se hace tanto hincapié en ello que incluso se podría llegar a pensar que se trata de un fin en sí mismo, cuando en realidad es un instrumento, una radiografía.

El objetivo es conseguir que la industria audiovisual valenciana despuegue y se equipare como mínimo al de otras comunidades autónomas, que han recorrido un trecho mucho más largo en el camino que conduce a la consolidación de una de las industrias estratégicas más importantes en la economía mundial, como es la del entretenimiento.

Para avanzar en esa senda, la Generalitat -que posee el 75% de la empresa mixta- ha optado por un atajo, la Ciudad del Cine. Un macroproyecto que costará más de 14.000 millones de pesetas y que plantea la construcción de hasta ocho estudios para el rodaje de, como mínimo, una gran producción de Hollywood. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, ha dado por hecho que la vinculación de la Paramount con Terra Mítica se extenderá también a la Ciudad del Cine.

Ya se han adjudicado las primeras obras para la construcción de los viales para el proyecto ubicado en Alicante.

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Su principal embajador e impulsor, el realizador Luis García Berlanga, insiste en la importancia del centro de formación que contemplaba el espectacular proyecto inicial. Al margen de otras consideraciones, los profesionales se quejan de la falta de información y discrepan sobre la incidencia que tendrá en el sector valenciano. Son los productores los más convencidos. Entre ellos se asegura que contribuirá a estimular y crear industria a su alrededor. Se añade que el futuro pasa por ahí y por jugársela. Otros, como guionistas y directores, temen que Valencia se convierta en una especie de república bananera, donde las majors (las grandes productores estadounidenses) vendrán (si vienen) y se irán, sin mayor incidencia en el sector.

El debate está abierto. Como lo está también la discusión sobre la primacía de los proyectos de campanillas sobre los programas de formación -se han reducido algunas partidas en este sentido.

Más ayudas, más líneas de actuación, más dinero. Las subvenciones siempre están en el candelero. Nadie duda de que son necesarias, y de que, al fin y al cabo, el audiovisual es un sector fundamental, que genera mucho empleo. Carencias hay muchas y una de ellas es sin duda, la distribución, de productos. Para qué sirve hacer cosas si no son vistas. También se trata de una cuestión de talento y de inciativas emprendedoras por parte de todos los implicados.

El recientemente elegido presidente de la Federació Valenciana de l'Audiovisual, el actor y productor Jorge de Juan, alabó ayer la calidad de las producciones valencianas. Hay caldo de cultivo -especialmente destacable es el sector de la animación-, pero no habido tampoco un revulsivo, una película que obligue a hablar del cine valenciano fuera de las fronteras autonómicas como, por ejemplo sucedió con Solas, de Benito Zambrano, y la industria andaluza. L'illa de l'holandés, del valenciano Sigfrid Monleón, ha obtenido una gran acogida crítica, pero no ha supuesto un éxito de público generalizado en España como la anterior.

Un revulsivo que podría ayudar a estimular el sector, ha dicho el director del Instituto Valenciano de la Cinematografía, José Luis Rado, quien subraya la importancia del cine para el desarrollo de la industria y del empleo de una fórmula como la coproducción para el sector valenciano. Es una manera de compartir riesgos y salir a Europa.

Jorge de Juan añade que uno de sus objetivos es la potenciación del desarrollo de proyectos de ficción en Canal 9. Desde la televisión valenciana se ha señalado que no llegan muchos proyectos, y se muestran dispuestos a colaborar. Para el portavoz de los directores valencianos, Carles Pastor, la televisión valenciana continúa demostrando 'su incapacidad' para desempeñar la función que le corresponde recogida en su ley de creación.

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