Azkuna se arriesga a un tercer año sin presupuestos por falta de apoyos políticos

El resto de las principales instituciones dispondrá de cuentas en 2002

Euskadi inicia 2002 con mayor estabilidad institucional que el año anterior, a pesar de mantenerse la tensión política generada en la etapa anterior a las elecciones autonómicas del 13 de mayo. A diferencia de lo ocurrido el año pasado, el menos seis de las siete principales institucionales vascas tienen ya o tendrán en los próximos meses sus presupuestos anuales aprobados. Superado el pasado día 31 de diciembre el bloqueo de la oposición al debate de los presupuestos del Gobierno vasco en el Parlamento, sólo escapa de la tendencia general el Ayuntamiento de Bilbao, que parece abocado a su te...

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Euskadi inicia 2002 con mayor estabilidad institucional que el año anterior, a pesar de mantenerse la tensión política generada en la etapa anterior a las elecciones autonómicas del 13 de mayo. A diferencia de lo ocurrido el año pasado, el menos seis de las siete principales institucionales vascas tienen ya o tendrán en los próximos meses sus presupuestos anuales aprobados. Superado el pasado día 31 de diciembre el bloqueo de la oposición al debate de los presupuestos del Gobierno vasco en el Parlamento, sólo escapa de la tendencia general el Ayuntamiento de Bilbao, que parece abocado a su tercer ejercicio con cuentas prorrogadas. El alcalde, Iñaki Azkuna pretende presentar un proyecto presupuestario de 2002, pero no tiene apoyos políticos suficientes.

En las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa, el acercamiento de PNV y PSE posibilitará nuevas cuentas. Hace sólo un año había una situacion inédita en el País Vasco, puesto que ni el Gobierno, las tres diputaciones, ni los ayuntamientos de las tres capitales tenían aprobado el instrumento que define la política de cualquier administración.

En Álava los problemas presupuestarios se resolvieron en los primeros meses de 2001, gracias al acuerdo entre PP (en el poder) y PSE (en la oposición). Y en el Ayuntamiento de San Sebastián también, pese a los desencuentros entre estos dos partidos que integranel equipo de gobierno. Sin embargo, el Gobierno vasco, las diputaciones vizcaína y guipuzcoana y el Ayuntamiento de Bilbao vieron cómo sus presupuestos han quedaban prorrogados durante el pasado ejercicio.

Ahora la situación ha cambiado de manera sustancial. La Diputación de Álava y el Ayuntamiento de San Sebastián ya han aprobado en los últimos días de diciembre los presupuestos de 2002 merced al acuerdo entre populares y socialistas. El de la capital guipuzcoana tiene un monto global de 234,4 millones de euros (39.000 millones de pesetas), de los que 72 (12.000 millones de pesetas) se destinan a inversiones, mientras que la Diputación alavesa dispondrá de 435 millones de euros (72.400 millones de pesetas), un 2,5% más que en 2001.

La Diputación vizcaína deberá funcionar al menos durante enero con prórroga, debido al retraso en la presentación del proyecto de cuentas. Pero el acuerdo está sellado. Los socialistas se abstendrán en las Juntas Generales para posibilitar la aprobación de un presupuesto operativo de 805,3 millones de euros (134.000 millones de pesetas) del equipo de gobierno PNV-EA. Este acuerdo supone el primer pacto institucional entre nacionalistas y socialistas desde que éstos salieron del Gobierno vasco en julio de 1998 y rompe, aunque todavía tímidamente, la brecha abierta desde que el PNV emprendió la fórmula de gobierno monocolor nacionalista tras el Pacto de Lizarra.

El desbloqueo continuará en Guipúzcoa, donde tanto PNV y PSE han afirmado públicamente en los últimos días que las negociaciones para las cuentas de 2002 están muy avanzadas. Como en Vizcaya, la Diputación guipuzcoana ha tenido que funcionar el pasado ejercicio con los presupuestos prorrogados, aunque ya hubo un acuerdo parcial entre PNV y PSE para invertir el pasado año en diversos proyectos 27 millones de euros (4.500 millones de pesetas) procedentes del excedente recaudatorio.

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Las peores perspectivas se sitúan en el Ayuntamiento de Bilbao, donde la situación de minoría de los nacionalistas es más evidente: el equipo de gobierno PNV-EA tiene 9 concejales, que se elevaron a 11 con la entrada como socio de ICV, el partido del ex alcalde José María Gorordo. Pero la oposición (PP, PSE, HB e IU) suma 18 ediles.

El alcalde Iñaki Azkuna se enfrenta a su tercer ejercicio con las cuentas prorrogadas. De hecho, está operando con los últimos presupuestos aprobados por su antecesor, el también peneuvista Josu Ortuondo, con un monto de 47.000 millones de pesetas. En 2000 ni siquiera se presentó el proyecto de las cuentas; el pasado año sí se formuló, pero tuvo que retirarlo ante la constatación de que ningún grupo lo apoyaría. Y para el ejercicio ya iniciado la situación se presenta similar.

'Se está elaborando la propuesta de presupuestos para presentarla a la oposición', ha afirmado un portavoz oficial de la Alcaldía. El proyecto estará disponible este mes o el próximo, pero el equipo de gobierno no quiere anticipar todavía si seguirá adelante y lo llevará al pleno municipal. 'No hay perspectivas. Cuando se tenga elaborado, entonces se verá', agrega. Los nacionalistas e ICV trabajan en un borrador cuyo importe global rondaría los 305,5 millones de euros (50.000 millones de pesetas).

La aprobación de las primeras cuentas de la legislatura en Bilbao es muy complicada. Azkuna no negociará con Batasuna por su postura sobre la violencia, mientras que el PP y el PSE no han variado su postura de frontal oposición. La única incógnita es si los acercamientos de los socialistas en las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa van a tener algún tipo de efecto en el grupo municipal socialista de Bilbao.

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