LA CRISIS ARGENTINA

'Sentate sobre el dinero y pase lo que pase no te muevas de ahí'

Los empleados de las sucursales bancarias no podían responder a todo. Se consultaban unos a otros: '¿Y en este caso cómo es, cómo se hace?'. En las empresas, la orden a los gerentes se propagaba como una instrucción de emergencia y hasta nuevo aviso: 'Vos sentate arriba del dinero que hay en caja y pase lo que pase no te muevas de ahí'.

Los programas de radio convocaron a especialistas para responder a las preguntas de sus oyentes. Las dudas parecían infinitas: 'Buen día, soy Alejandra Zunich: ya di el adelanto para el alquiler de un apartamento porque voy a pasar las vacaciones a Urugu...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los empleados de las sucursales bancarias no podían responder a todo. Se consultaban unos a otros: '¿Y en este caso cómo es, cómo se hace?'. En las empresas, la orden a los gerentes se propagaba como una instrucción de emergencia y hasta nuevo aviso: 'Vos sentate arriba del dinero que hay en caja y pase lo que pase no te muevas de ahí'.

Los programas de radio convocaron a especialistas para responder a las preguntas de sus oyentes. Las dudas parecían infinitas: 'Buen día, soy Alejandra Zunich: ya di el adelanto para el alquiler de un apartamento porque voy a pasar las vacaciones a Uruguay, esta semana tengo que viajar y pagar el resto, si no pierdo todo, pero no puedo sacar dinero y aunque me lo presten no puedo viajar con más de mil dólares, ¿por favor, que alguien me diga cómo hago?'.

Más información

'Me llamo José Luis Arocena, iba a casarme antes de fin de año, pensaba hacer una fiesta, irme en viaje de luna de miel, tenía todo preparado, ahorramos durante dos años, mi novia está destrozada, ¿quién paga por todo lo que destruyen?'. Personas que debían pagar alquileres, cirugías, remedios, propietarios de pequeñas tiendas que no operan con tarjetas de crédito ni otras formas de pago, profesionales independientes, los medios multiplicaban las necesidades, los reclamos y las protestas.

El contable Rubén Cabral Campana hacía un repaso de sus clientes, todos pequeños y medianos: 'Algunos ya hace tiempo que me pagan con mercaderías, arreglamos con algunos quesos, fiambres, zapatos, pero hasta un punto, en total ahora tengo más de 40.000 dólares por cobrar en la calle. Pero... ¿quién va a pagar ahora?'.