Angela Merkel intenta revalidar hoy su liderazgo en la CDU alemana

Los democristianos buscan un candidato para las elecciones de 2002

A comienzos del próximo año se decidirá el candidato conservador que retará al canciller socialdemócrata alemán, Gerhard Schröder, en las elecciones de otoño de 2002. El crucial nombramiento acaparará buena parte de la atención en el congreso de la Unión Cristiana Democrática (CDU), que se inicia hoy en Dresde. La presidenta del partido, Angela Merkel, necesita revalidar su liderazgo interno para ser candidata electoral.

Pese a las numerosas críticas internas en el sentido de que sería mejor acabar de una vez por todas con las especulaciones, las ejecutivas de ambos partidos mantienen s...

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A comienzos del próximo año se decidirá el candidato conservador que retará al canciller socialdemócrata alemán, Gerhard Schröder, en las elecciones de otoño de 2002. El crucial nombramiento acaparará buena parte de la atención en el congreso de la Unión Cristiana Democrática (CDU), que se inicia hoy en Dresde. La presidenta del partido, Angela Merkel, necesita revalidar su liderazgo interno para ser candidata electoral.

Pese a las numerosas críticas internas en el sentido de que sería mejor acabar de una vez por todas con las especulaciones, las ejecutivas de ambos partidos mantienen su decisión de acordar el próximo año la candidatura a la cancillería.

La candidata obvia es Angela Merkel, de 47 años, pero esta hija de un pastor protestante de la antigua República Democrática Alemana (RDA), que llegó a la presidencia de los democristianos en medio de la fuerte marejada suscitada por el descubrimiento de un sistema de financiación paralela bajo responsabilidad del ex canciller Helmut Kohl, ha sido duramente criticada por su presunta falta de liderazgo y carisma. Aunque no se diga explícitamente, reúne además las desventajas electorales de que es mujer, proviene de la RDA y ha roto con Kohl: tres características, en suma, ajenas a las mayorías conservadoras.

Más peso ante los correligionarios y la opinión pública tiene el primer ministro bávaro, Edmund Stoiber, de 60 años, que encabeza la CSU, partido hermanado con la CDU. Pero Stoiber sigue sin aclarar si realmente desea optar por la cancillería.

Algunos analistas políticos sostienen que Stoiber sólo presentará su candidatura si ve una oportunidad real de batir a Schröder. Hasta hace unas semanas, esta posibilidad era prácticamente nula a la vista de la gran popularidad del canciller. El continuado deterioro de la economía, no obstante, abre una brecha desde la que Stoiber podría operar con alguna probabilidad de éxito.

Baremo para el líder bávaro

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Conservador de largo historial en su rechazo a la entrada al país de 'extranjeros criminales', Stoiber además podría verse tentado por apostar por una campaña xenófoba en contra de una nueva ley de inmigración impulsada por el Gobierno rojiverde. El político bávaro se dirigirá mañana como invitado a los cerca de 1.000 delegados democristianos. Recientemente, Angela Merkel había hecho otro tanto ante un congreso de la CSU que la recibió con una frialdad rayana en la descortesía. Así las cosas, el entusiasmo que el líder bávaro pueda despertar entre los delegados de la CDU se considera un importante baremo para su futuro nacional.

De no perfilarse como candidatos fuertes ni Merkel ni Stoiber, un tercer aspirante podría ser Wolfgang Schäuble, el antiguo delfín de Kohl y antiguo presidente de la CDU, a quien muchos consideran como el único conservador con verdadera talla de estadista. Aunque ya exonerado por la justicia, también Schäuble se vio envuelto en el sistema de cajas paralelas del patriarca Helmut Kohl, con quien rompió a finales de los años noventa.

Con 59 años de edad, Schäuble se ve limitado a moverse en una silla de ruedas, tras el ataque de un perturbado en 1990, lo que al menos para algunos conservadores, también representa un serio impedimento para ser candidato a canciller.

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