La orden europea de detención y entrega sólo regirá en los países que la apoyen

Italia y Alemania se niegan a sucribir la norma en su totalidad

Los tres grupos mayoritarios del Parlamento Europeo (populares, socialistas y liberales) han suscrito una enmienda a la orden europea de detención y entrega para que la misma no se aplique en aquellos países que no la suscriban en su totalidad, como ocurre hoy con Italia y Alemania. En la enmienda, que será votada hoy en pleno, se pide que, en el caso de que el texto de la euroorden no cuente con la unanimidad de los Quince, se aplique el denominado sistema de 'cooperación reforzada', por el cual un grupo de países puede aplicar una norma no asumible por otros.

Los citados grupos han to...

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Los tres grupos mayoritarios del Parlamento Europeo (populares, socialistas y liberales) han suscrito una enmienda a la orden europea de detención y entrega para que la misma no se aplique en aquellos países que no la suscriban en su totalidad, como ocurre hoy con Italia y Alemania. En la enmienda, que será votada hoy en pleno, se pide que, en el caso de que el texto de la euroorden no cuente con la unanimidad de los Quince, se aplique el denominado sistema de 'cooperación reforzada', por el cual un grupo de países puede aplicar una norma no asumible por otros.

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Los citados grupos han tomado esa iniciativa a la vista de las objeciones que están poniendo determinados países a la puesta en marcha de la euroorden, según la cual una decisión judicial en cualquier país de la UE será aplicable en el resto de la Unión e implicará extradiciones prácticamente automáticas. 'El terrorismo es una cuestión supranacional que no puede ser bloqueado por un país', declaró el liberal británico Graham Watson, ponente del informe sobre la euroorden.

Hoy son Italia y Alemania los países que todavía ponen pegas a la aprobación de esa norma propuesta por la Comisión Europea el pasado mes de septiembre. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han instado a sus ministros de Justicia e Interior que concluyan un acuerdo en su reunión de los próximos días 6 y 7. De no conseguirlo, serán los propios líderes europeos los que analicen los problemas en la cumbre de Laeken-Bruselas la semana siguiente.

En su enmienda, los tres grupos citados piden precisamente a los jefes de Estado o de Gobierno que, 'en el caso de que no pueda lograrse la unanimidad o que ésta se consiga rebajando sustancialmente la propuesta', se aplique el artículo 40 del Tratado de la UE, que prevé el establecimiento de cooperaciones reforzadas, como de hecho ya se hizo en el caso del euro o a la hora de crear el espacio Schengen.

El martes pasado, Berlusconi declaró que en la lista de delitos perseguibles por medio de la euroorden 'sólo debían figurar los delitos más graves, como homicidio, terrorismo, pedofilia o lavado de dinero'. Además de estos, en el texto que ahora cuenta con la luz verde de todos los países, salvo Italia, figuran también la corrupción, el fraude, los crímenes contra el medio ambiente, el racismo o la xenofobia... El Gobierno italiano no suscribe la lista porque no quiere que figure el delito de corrupción, lo que podría volverse contra altos cargos del actual Ejecutivo italiano, incluido Berlusconi.

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Pero, aparte de la citada enmienda, el Parlamento Europeo debatió ayer y votará hoy otras presentadas por iniciativa de los eurodiputados españoles del PP y del PSOE para que, dentro de la lucha contra el terrorismo, se combatan también 'acciones y organizaciones aisladas que prestan apoyo o colaboración a un grupo terrorista'. Para el PP, como ayer insistió Gerardo Galeote en el debate, esas enmiendas pueden dar una mayor base jurídica para que grupos como Batasuna figuren en la lista europea de organizaciones terroristas.

Pero Watson empezó por decir que no compartía esa interpretación: 'Me ha sorprendido leer en El PAÍS una interpretación de una enmienda que apoyo según la cual quedaría fuera de la ley HB. No la interpreto de esta manera'. Pero enseguida añadió un comentario que levantó ronchas en las filas españolas de socialistas y populares: 'Quiero decirle particularmente a los colegas españoles que, en nuestra determinación para combatir de forma eficaz el terrorismo, no debemos negar que los terroristas a veces expresan agravios políticos que requieren respuestas políticas'.

La socialista Rosa Díez y el popular Gerardo Galeote se mostraron indignados por el comentario de Watson. 'Bajo la amenaza de la muerte no se puede dialogar', repitió Galeote.

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