Muere en el hospital de Vigo la segunda de las dos niñas raptadas por su padre

El destino de Ana B., de tres años, se unió ayer trágicamente al de su hermana Eva, doce meses menor. La niña falleció al mediodía en el hospital Xeral de Vigo, donde tres días antes había ingresado ya cadáver su hermana pequeña. Ambas habían sido secuestradas por el padre, que las tuvo tres días viviendo en un coche. De momento, la policía ha divulgado la hipótesis de que las muertes pudieron tener origen en las emanaciones de gas de la calefacción del automóvil, aunque no se han cerrado otras líneas de investigación.

El padre de las niñas, Víctor B., de 27 años, ingresó ayer en la cár...

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El destino de Ana B., de tres años, se unió ayer trágicamente al de su hermana Eva, doce meses menor. La niña falleció al mediodía en el hospital Xeral de Vigo, donde tres días antes había ingresado ya cadáver su hermana pequeña. Ambas habían sido secuestradas por el padre, que las tuvo tres días viviendo en un coche. De momento, la policía ha divulgado la hipótesis de que las muertes pudieron tener origen en las emanaciones de gas de la calefacción del automóvil, aunque no se han cerrado otras líneas de investigación.

El padre de las niñas, Víctor B., de 27 años, ingresó ayer en la cárcel. El hombre, vecino de Gondomar (Pontevedra), una localidad próxima a Vigo, tiene antecedentes por pequeños delitos, pasó una temporada sometido a tratamiento psiquiátrico y se separó hace algunos meses de su esposa, quien lo acusa de haberle infligido malos tratos.

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Tras la separación, la mujer vivió durante algunas semanas en una casa de acogida de la Xunta de Galicia. Víctor B. logró convencerla el pasado miércoles para dar un paseo con las niñas. Tras retener a las pequeñas y a su madre hasta la madrugada, abandonó a la mujer en un descampado y se fugó a Portugal. Allí estuvo vagando durante tres días, en los que las niñas durmieron en el coche. Durante su escapada, Víctor B. realizó incesantes llamadas telefónicas, algunas a sus padres y otras a su antigua esposa, con la que llegó a concertar una falsa cita.

Los padres del presunto raptor lo convencieron para que regresara, después de que éste les hubiese confesado que las niñas se encontraban mal.

Nuevas sospechas

Las pequeñas ingresaron el sábado en el hospital, adonde las llevaron sus abuelos paternos. Eva ya estaba muerta y Ana resistió en coma, con respiración asistida, hasta el mediodía de ayer.

La policía creyó en un primer momento que Víctor B. no había causado daño premeditadamente a las dos pequeñas y que la salud de las pequeñas se deterioró por la prolongada exposición a los gases que emanaban de la calefacción del automóvil. Sin embargo, fuentes próximas a la investigación, citadas ayer por la agencia Efe, señalaron que se han descubierto nuevos detalles que podrían apuntar a que el fallecimiento de las niñas no se produjo por causas fortuitas.

De hecho, la puesta a disposición judicial de Víctor B. se demoró hasta ayer, para proseguir los interrogatorios en la comisaría de Vigo. El Juzgado de Instrucción número 4 de la ciudad decidió finalmente su ingreso en prisión sin especificar los delitos de los que se le acusa.

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